No tirarme bocadillos de jamón
,que me voy a mosquear!. Me tengo que besar, aunque me doble
el pescuezo. La ocasión se merece semejante atentado contra
mí cuello. Es más, me busco con toda rapidez, el tarro de
derramar lágrimas de emociones fuertes para derramar en él
par de ellas. Me explico.
Llevo escribiendo en esta página, por activa y por pasiva,
que la Ley Electoral, más caducada que el primer yogurt que
se tomó mí bisabuelo, está pidiendo un cambio a voz en
grito. Y mire usted, amigo guardia, que va Sigma Dos, hace
un sondeo, y resulta que el 66% de la población española
pide cambiar la mencionada Ley Electoral par que los
nacionalista no decidan. Hablando en plata, para que nos
entremos todos, cosa que también hemos escrito por activa y
por pasiva, que no sea una minoría la que nos gobiernen.
Y por su fuera poco, para estar más de acuerdo con lo que
venimos escribiendo sobre la mencionada Ley Electoral, pone
el mismo ejemplo que nosotros ,reiterativamente, venimos
poniendo. Cómo es posible que la tercera fuerza política de
España – Izquierda Unida - con 1.300.000 votos tenga sólo
cinco diputado en el Congreso, mientras que partidos
nacionalistas, que lograron mucho menos respaldo en las
urnas, obtuvieron más escaños. CIU, con 835.000 votos tiene
10 diputados. ERC, con 625.000, ocho y el PNV con 420.000
siete escaños. Se mire, por donde se mire, es una
incongruencia que partidos del tres al cuarto, sacando menos
votos consigan más escaños y sean,, en realidad, quienes
decidan los que nos tienen que gobernar.
Entre las personas encuestadas, jóvenes, mayores y viejos
pertenecientes a los dos grandes partidos PSOE y PP apoyan
mayoritariamente que sea reforma esa Ley. Indiscutiblemente,
esta Ley Electoral caduca y trasnochada, sólo a servidor
para que los partidos nacionalistas tengan un gran peso
especifico en el gobierno de nuestro país.
Además, todos ellos, apuestan siempre por aquel que más les
pueda favorecer a su Comunidad Autonómica y, por ende, a su
partido. Un partido que sin esta Ley Electoral, insistimos
caduca y trasnochada, no llegaría nada en el contexto
nacional, si acaso en su Comunidad.
El gran problema que se les presenta a cualquiera de los dos
grandes partidos a la hora de gobernar es que, siempre,
tiene sobre sus cabezas una espada presta a caer sobre las
mismas, en el momento que no sean capaces de plegarse a la
exigencias de algunos partiditos de aquellos que les apoyan
con sus votos.
Cambiemos, de una vez por todas, la actual Ley Electoral y
eliminemos a todos esos partidos nacionalistas que tanto
exigen y nada aportan. Vayamos, como mínimo, a una segunda
vuelta que despejaría todas las dudas, acabando con esos
partidos que perjudican más que benefician.
Nos da una gran satisfacción el saber que no estamos sólo en
esa petición de cambiar la Ley Electoral, pues el 66% de los
españoles están de acuerdo con nosotros, en todo lo que
hemos venido escribiendo sobre la necesidad, imperiosa, de
cambiar la Ley Electoral. Lo dicho, me tengo que besar. ¿O
no?
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