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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 9 DE ENERO DE 2008

 
OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Otra vez a vueltas con la vivienda

Por Quim Sarriá


Era de esperar que el tirón, al alza, de las viviendas tocara techo y conllevara una nueva política debido a que los promotores se ven afectados por la acumulación de viviendas sin vender. Como no rebajen sus pretensiones difícilmente salvarían ese obstáculo, previsible a fin de cuentas, que conforman cerca de 300.000 viviendas “congeladas”.

Sin embargo, un atisbo de esperanza parece asomar en el horizonte de muchos de los promotores: el Consejo de Ministros aprobará, previsiblemente, la reforma del Plan de la Vivienda 2005-2008 en el que destaca una novedad: las facilidades que se ofrece a los mismos para convertirlos en viviendas de precio concertado y sacarlas al mercado.

Bien está ayudar a los jóvenes impulsando el plan de viviendas de alquiler o construir casas para las rentas más bajas, pero faltaban medidas para las clases medias que no pueden acceder a la protección oficial ni comprar un piso a precio de mercado. Días atrás publiqué en “El Pueblo de Ceuta” un artículo de opinión en el que llevaba la protesta sobre esa política para con la clase media y ahora vemos que no había realizado esa protesta en vano. El resultado está en ese cambio importante en el Plan de la Vivienda. Oídos los hay en todas partes ¿no?

El Ministerio de la Vivienda discutirá hoy con las autonomías el decreto que modifica el mencionado Plan y en el que destaca la subvención de la compra de una casa o piso de precios concertados de hasta 316.540 euros y a la que podrán acceder personas con ingresos no superiores a 3.354 euros mensuales. Lo nuevo también es que el Gobierno elevará los precios máximos de venta para viviendas protegidas de nueva construcción y las de precios concertados en porcentajes que oscilan entre el 15% y el 120% ¿no te jode?

En Barcelona, ciudad perteneciente al ámbito territorial más caro, el grupo A, una vivienda que no supere los 90 metros cuadrados, con garaje y trastero, podía venderse a precio concertado de hasta 316.540 euros (más de 52 millones de las antiguas pesetas). Ahora, con la reforma del Plan de la Vivienda no podrá superar los 273.375,65 euros (45,5 millones de las antiguas pesetas). Es más una medida para que los promotores recuperen su inversión que un apoyo a los ciudadanos. Pese a todo, el precio básico de referencia, que está situado en 728 euros el metro cuadrado, será revisado y subirá en torno al IPC real.

Los promotores obtienen un beneficio más: al año de poner la vivienda en el mercado podrá pedir la calificación de vivienda de precio concertado cuando hasta ahora era de dos años. Eso significa que muchas viviendas que no podían vender puedan salir al mercado como viviendas protegidas.

El ciudadano de clase media que quiera adquirir una casa a precio concertado no podrá ingresar más de 3.354 euros mensuales (incluidos los ingresos de toda la familia) y podrán disfrutar (¿a santo de qué se llama disfrutar?) de un préstamo sin gastos ni comisiones pero con un tipo de interés que se cree se establecerá en torno al 5,07% y si lo que desea es una vivienda de segunda mano, el límite de ingresos está en 2.838 euros. Aunque en éste caso podrá obtener una ayuda de hasta 12.000 euros para la entrada y una prestación mensual de 240 euros durante un plazo máximo de diez años.

Realizo cálculos de manera simple y resulta que, comprando una vivienda de 90 metros cuadrados en Barcelona sin entrada, tendría que pagar cada mes (en el período de 10 años) la friolera de 2787.83 euros… el resto de mi vida estaría vistiendo de prestado y comiendo de gorra. Pero si lo dejamos en 30 años, pagaría 934,84 euros mensuales si es que llego a vivir hasta los 90 años. En otras palabras: estaría hipotecado lo mismo que sin tantas parafernalias de Planes de Viviendas ni ayudas gubernativas. ¿Dónde está el truco? Desde luego que no está en que los barrotes de la cárcel hipotecaria sean billetes de 500 euros enrollados y solapados en fila unos encima de otros, el truco está en otras cosas…
 

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