A nadie escapa que el futuro de
Loma Colmenar será el de acoger la residencia de más de
cinco mil ceutíes una vez concluya la ejecución de las
distintas fases establecidas en el proyecto de urbanización
y construcción de viviendas que en número superior a mil se
prevé levantar en la zona.
El Plan parcial de Loma Colmenar no ha sido ninguna ‘perita
en dulce’. Las expropiaciones, los acuerdos de justiprecios
son sólo alguna de los problemas administrativos que
conllevaba liberar el suelo para un proyecto general de
equipamientos, urbanización, construcción de viviendas...
coronado por la construcción de un nuevo hospital y una
importante zona residencial con más de mil viviendas de
protección planeadas en el programa ministerial VIVA que,
por cierto, contó con errores de calado tal que hubo que
‘arreglar’ el Plan parcial, para ajustar los desajustes de
parcelas y de metros cuadrados proyectado en el citado
programa estatal capitaneado por el Ministerio de la
Vivienda. Algo que contribuyó a un retraso más que
justificado que se unió al único escollo que aún colea en la
zona: el depósito judicial de vehículos y su desgüace anexo.
Después del pertinente trámite administrativo, por fín, tras
los plazos legales la Ciudad ha ordenado su deshaucio. Algo
que será efectivo con orden de lanzamiento posterior, cuando
el gobierno autónomo localice y ceda a la administración
estatal una parcela donde quede ubicado este depósito de
vehículos bajo custodia judicial [automóviles embargados o
sencillamente guardados como pruebas materiales].
Otra cuestión es el coste que supondrá el traslado y el
acondicionamiento del nuevo solar. En este sentido, no
dudamos de la colaboración del Estado en tanto en cuanto los
terrenos a expropiar por la Ciudad servirán para acoger
viviendas de proyección estatal. No tendría que frenarse por
más tiempo la ejecución de lo proyectado por el bien general
futuro. Remar en la misma dirección sería lo idóneo.
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