El último descubrimiento, por un
equipo de arqueólogos franco-marroquí, de un fragmento de
mandíbula probablemente del Neolítico (entre 6000 y 5000
años antes de la Era Común por estas latitudes) en unos
abrigos bajo rocas en la localidad de Oued Lksab, región de
Essauira, unos 450 kms. al sur de Rabat, ha arrojado más luz
sobre el poblamiento prehistórico del actual Marruecos. En
abril del año pasado otro equipo internacional de
paleoantropólogos, co-dirigido por el marroquí Abdelawahad
Bencer y el francés Jean-Jacques Hublin, descubrieron en las
inmediaciones del yebel Irhoud (región de Safi) uno de los
cráneos de Homo Sapiens más antiguo del mundo, en un nivel
estratigráfico datado en unos 160.000 años. Durante la
década de los sesenta se hallaron otros dos cráneos en la
misma zona, uno de los cuales está actualmente expuesto en
el museo arqueológico de Rabat.
En palabras del profesor Alain Rodrigue, francés nacido en
Casablanca y especialista en las pinturas rupestres del Alto
Atlas, a lo largo y ancho de Marruecos se encuentran
representados todos los niveles de la Prehistoria,
encontrándose trazas de la primitiva humanidad desde
Casablanca a las dunas del Sáhara, del Medio al Alto Atlas.
Del Neolítico se encuentra en el norte el dolmen de M´zora
(en las inmediaciones de Larache), estudiado y protegido en
la época del Protectorado y, actualmente, en un lamentable
estado de abandono, pudiendo admirarse su forma primitiva en
una maqueta actualmente existente en el Museo Arqueológico
de Tetuán; también en la región tenemos la importante gruta
de Khahf Taht el Ghar, en la vertiente occidental del yebel
Musa excavada por Tarradell en los años cincuenta y en
Tánger las cinco grutas de cabo Espartel, donde se
encontraron sobre cuarenta estatuillas de tierra cocida con
aspecto antropomórfico y rasgos fálicos, que parecen apuntan
hacia algún tipo de culto; al oriente, cerca de Oujda, se
encuentra el abrigo de Rhirane. Según algunos autores, no es
descartable durante esta época la exportación a esta región
norteafricana de cerámica procedente de la zona de Almería.
Hace poco más de dos años, en diciembre de 2005 y bajo
patrocinio de los fondos FEDER el Aula del Estrecho animó un
interesante Seminario Hispano-Marroquí de Especialización en
Arqueología, coordinado por los profesores Darío Bernal y
José Ramos, de la Universidad de Cádiz, el profesor Baraka
Raisuni (Universidad Abelmalik Essaadi de Tetuán) y el
investigador del INSAP-Rabat Abdeljalil Bouzougar. En este
pequeño trozo de España en el norte de África, Ceuta, justo
en la frontera con Marruecos, un equipo interdisciplinar de
investigadores dirigidos por los profesores Bernal y Ramos,
cerró en octubre del pasado año la cuarta campaña de
excavaciones en el abrigo paleolítico y la cueva neolítica
allí existentes, sin encontrar hasta el presente restos de
algún asentamiento humano… ¿de los primeros “españoles?.
Pues no precisamente. Seamos un poco serios y busquemos lo
que nos une: la sangre, el sudor y las lágrimas tan comunes
a la especie humana. Es una obscenidad histórica y un
dislate político intentar encuadrar un remotísimo pasado de
la humanidad bajo etiquetas nacionalistas: aquí o en las
Vascongadas. ¿No les parece?
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