Sin lugar a dudas la mejor cena de Navidad de este año, la
que me brindó el Pueblo de Ceuta, en mis años de columnista
jamás habia tenido una Cena de Navidad, compartiendo mesa y
mantel en tan entrañables fechas, una comida sencilla y
amena, no como en otro sitio con alardes de logros e
historias fantasmales para justificar el cubierto, y de paso
regalarnos una botella de tintorro que nos dieron un año,
como pago de agradecimiento por escribirle desde que era un
juvenil casi.
Llego al hall del Tryp, duchado y extenuado, estos dias los
cambios de temperatura de un local a otro te hacen mella, me
siento en el muro del recibidor y me apalanco alli, veo de
lejos la charla de Manolo de la Torre bajo la atenta mirada
de Javi Ayora, Domingo Ramos y Andres Domínguez, me
encuentro con Jorbys y hablamos con nostalgia por parte de
el de La Legión, van llegando el Editor y su familia y la
plantilla del periodico con bufanda al cuello, me encuentro
con Manolo Calleja y nos damos un abrazo legionario, ahora
empiezo a sentirme a gusto y empezamos a contar cosas de mis
articulos y vivencias y me voy entonando por que llegaba con
una pajara de reyes de aupa. Nos sentamos con dos hombres
del deporte, Juanma Lopez y Galán, los cuatro juntos nos
pegamos unas charlas la mar de a gusto, en esos momentos
tengo para compartir mis pasiones por un lado La Legión, y
por otro lado historias de la extinta Agrupación Deportiva
Ceuta, haciendole recordar a Juanma todo cuanto yo
memorizaba con cariño de hace mas de veinte años,creo que
unos 26 de aquellos trofeos de verano y los tiempos de
Evaristo Carrió, a Juanma se las exponia yo como si las
estuviera viendo, ante el asombro de Calleja y Galán, pude
de buena mano comprobar los conocimientos amplios del futbol
por parte de Juanma, como entrenador de futbol que es, no
como esos adornos e historias que leo en los periodicos
nacionales de futbol. Es mejor de buena tinta de un
profesional experto, el explicar los entresijos del deporte
rey, en lo tocante al campo y al vestuario. A una mariscada
bien regada fuimos tocando todos los palos, de los avatares
de la vida, ya no estaba cansado ni me dolia nada, habia
procurado cambiar el chip y estar la mar de a gusto, a los
brindis de rigor, me dieron ganas de subirme en una silla al
estilo legionario y decir simplemente gracias AL PUEBLO DE
CEUTA Y SU GENTE.
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