Sí, los de Oriente, esos Reyes
Magos que, nos han hecho las delicias de la ilusión en
muchas ocasiones, cuando esperábamos que nos trajeran, una
bicicleta, una muñeca de trapo, un caballo de cartón y, si
eran generosos, hasta un jersey para estrenarlo ese mismo
día en la Misa Mayor.
Ahora ese tipo de regalos es demasiado poco, cualquiera de
los chavales que viera que tan sólo le han dejado un caballo
de cartón, o cualquier niña que se encuentra con que para
ella dejaron una muñeca de trapo, comenzará a pensar que se
le ha castigado por las malas notas o por no haber obedecido
a su abuela.
Ahora los Reyes son más generosos, a pesar de que dicen que
estamos en época de crisis. Ahora un niño que no tiene en la
mañana de Reyes, al despertarse, una play del último modelo,
o un teléfono móvil de última generación y junto a ello
otros dos o tres artilugios más de la informática moderna,
piensa que los Reyes le han dejado una miseria, que él se
merecía más.
Y es que no es sólo el niño el que piensa eso, sino que
también los padres, que saben cuales son los regalos de los
hijos de los vecinos del 4º A, consideran que sus hijos
merecen mucho más, porque los niños de “Gutiérrez” nunca
estarán por debajo, en nada, ni siquiera en los regalos del
día de Reyes, de los de “López”.
Es el modelo de pensar impuesto por el consumismo, aunque
luego, como decía una señora el pasado viernes:”Lo primero
que hay que hacer es llenar la nevera de avecrén”, porque el
mes de enero, tras los turrones, el pavo, el besugo, los
mejores cavas y todo el despilfarro de las fiestas
navideñas, a lo que llama, por necesidad, es a recortar
gastos, incluso en la comida.
Hacía varios años que yo no estaba en Ceuta las vísperas de
Reyes y la tarde del viernes y todo el sábado, me he quedado
sorprendido, más bien alucinado, por el movimiento del
personal, especialmente, en las tiendas del centro peatonal.
Nunca, en hora comercial, ni siquiera cuando en Ceuta
dominaba “el imperio del transistor y del paraguas”, vi un
movimiento como el del viernes a las siete de la tarde,
tanto en joyerías, como en perfumerías.
Esa imagen, especialmente porque tengo amigos en esos
establecimientos, me agrada tanto como si yo mismo tuviera
ahí un establecimiento.
Es la hora de recoger un poco de lo mucho que se ha
invertido y que no se ha recogido en las tardes enteras, sin
abrir la caja. Es la justificación de haber invertido en una
especialidad que no tiene una continuidad. Es comenzar bien
el año.
Al llegar a este punto tenemos que volver a decir que los
principales promotores de las fiestas religiosas son los
comerciantes, porque sin esas fiestas, sin los Reyes Magos
actuales, cualquiera de las tiendas que el viernes o el
sábado hizo una caja más grande de lo que esperaba, en un
día normal cualquiera no hubiera hecho ni para los impuestos
del mes.
Lo malo, tengo que repetirlo, es que la economía hoy
permite, escasamente, hacer un extra, pero no esa serie de
extras que, sin haber tocado la lotería, se vienen haciendo
desde el día 23 de diciembre.
Ahora, y cierro con el comienzo, se fueron los Reyes,
comienzan las rebajas, ¡¡más madera!! Y con la cartera sin
fondos se hace largo, muy largo este mes de enero, comienzo
de un año parecido al anterior.
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