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sociedad - LUNES, 7 DE ENERO DE 2008


familia con los crios en la marina. ep.

ABRIMOS LOS REGALOS DE LOS REYES
 

Los llanos de la Marina se llenan de niños estrenando juguetes

Las videoconsolas han entrado de lleno
en las cartas que los jóvenes ceutíes han enviado a los Sus Majestades, pero la bicicleta y las muñecas siguen siendo los regalos por los ceutíes en esta época
 

CEUTA
Sergio Cobos

local
@elpueblodeceuta.com

El Parque de Juan Carlos I, popularmente conocido como los llanos de la Marina, amaneció ayer con más de un centenar de niños ceutíes estrenando los regalos que los Reyes Magos dejaron en sus hogares durante la noche anterior. Bicicletas de impolutas llantas iban y venían, padres y niños jugaban al baloncesto y al fútbol con balones nuevos mientras coches teledirigidos se adentraban en la pista y derrapaban en la arena de la zona de columpios. La escena era la típica de la mañana del seis de enero, cuando tras la resaca de las fiestas navideñas los jóvenes de Ceuta salen a la calle a presumir de regalos con sus amigos.

Francisco Javier, de doce años de edad, esquiva obstáculos a lomos de su bicicleta de montaña nueva, una Borisan plateada de 21 velocidades. “Los regalos que me han traido los Reyes me han encantado un montón”, expresa enérgicamente. Aunque ya esperaba que Sus Majestades le trajeran una pistola electrónica y el juego de ‘Mario Bros’ para la consola Nintendo Wii -con los que jugará por la tarde-, la bici le pilló completamente por sorpresa, ya que este regalo no lo había pedido en la carta. “El niño ha traido muy buenas notas este año”, comentó orgulloso su padre, “por eso merecía algo más”.

La pequeña Ainhoa, de diez años, optó por seguir con la tónica de los videojuegos portátiles y pidió una Nintendo DS, además de la muñeca Bratz, “que es muy moderna, con la cabeza y los labios muy grandes”, añadió. Ainhoa nos muestra el funcionamiento de la videoconsola Nintendo DS, con la que jugaba en el parque de ocio ceutí mientras caían sobre ella los rayos de un Sol de mediodía primaveral, con una temperatura media de 18 grados. “Tengo un juego que es como un tamagochi con un perrito”, explica la joven caballa, mientras da órdenas al can virtual que aparece en la pantalla de su videojuego. “Sólo tengo que darle de comer y acariciarlo”, apunta, y el perrito hace el resto, tumbándose en el suelo y sacando la lengua para saludar.

Alex, de seis años y hermano pequeño de Ainhoa, monta una magnífica moto eléctrica de la marca Feber 2000, adaptada para su edad. Ante el aluvión de regalos que llegaron a casa de Alex y Ainhoa, el padre de ambos, que se llama José Manuel, se justifica: “Yo deseaba dar a mis niños todo lo que ellos querían, porque a nosotros -los mayores- también nos gustaba que nos regalaran cosas en Reyes, si es que se podía”. “Espero que vosotros también hayáis recibido vuestros regalos de Reyes”, deseó a los trabajadores de este medio mientras se despedía volviendo a la lectura del periódico.

Sentados en un banco y cerca de las canchas de baloncesto charlan animadamente los padres de Álvaro, de tres años y medio, que nos cuentan lo que le han regalado a su retoño en el día de ayer: “una moto eléctrica, dos muñecos animados de Spiderman y Superman, una película del ratón Mickey y un ordenador de números y letras”. Este último presente fue una elección muy acertada, ya que mezcla la diversión que siempre ofrece un juego lúdico, a la vez que potencia el adiestramiento del niño “para que vaya aprendiendo un poquito antes de llegar al colegio”. José y María, que así se llaman los padres de Álvaro, son un matrimonio joven de poco más de treinta años y también lucen sus regalos de Reyes en este soleado día: él le regaló a ella un preciado anillo de oro y “unas botas de salir”, mientras que ella vistió a su marido con “unos bonitos pantalones y mucha ropa más ”.

Marina, de un año y medio aproximadamente, anda sus primeros pasos bajo la atenta mirada de su madre, Ana Márquez. “Ella va a necesitar otro dormitorio nueva para meter todos los juguetes que le hemos regalado”, expresa su mamá. Una moto eléctrica, el “chandal rosa calentito” que luce Marina, “unos tenis”, un pupitre de colegial con juegos didácticos parecido al que tiene en su guardería, “un carrito de bebé con la muñeca que llora”, un perchero de peluche para que cuelgue el abrigo, bolsas repletas de caramelos y golosinas, un teléfono de juguete y un largo etcétera que hace pensar que para sus abuelos y padres, la joven Marina es el primer bebé que ha llegado a la familia. “Esta es la primera Navidad de la que tiene constancia la chiqui, porque el año pasado apenas llegaba al año de edad”, sentenció Ana mientras seguía de cerca los pasos que daba su retoño.

Dos bicicletas, una Play Station 3, una televisión de plasma, un billar y una videoconsola portátil PSP son los regalos que compartirán los hermanos Jorge y José, de 13 y seis años respectivamente. El pequeño José comenta que le gusta mucho la consola PSP, de Sony, porque “me la puedo llevar a la calle y jugar con mis amigos” y como videojuego de salón dice que “ya tengo la Play 3 de mi hermano, que se la cojo cuando él no está”, agrega con cara de pícaro. Preguntamos el motivo por el que los dos hermanos no pidieron la videoconsola Nintendo DS, que parece ser el regalo estrella del año junto a la Nintendo Wii. “Ya las tenemos desde el año pasado”, afirman entre risas.

A sus cinco años, las gemelas Aurora y María son unas expertas del patinaje, viendo la precisión con la que realizan piruetas y frenan en seco ante nuestra presencia. “Los Reyes nos han traído estos patines”, expresan al unísono las dos hermanas, que añaden entre las dádivas de Sus Majestades los Reyes de Oriente una muñeca Nancy a caballo para cada una. Y esta linda pareja no juega sola, ya que les acompaña Lucía, de cinco años y cándida mirada, que se mueve a lomos de una bicicleta rosa con cesta y adornos de colores. “También le han regalado un patinete con volante”, comenta Rafael, el padre de Lucía, que vigila a las tres colegialas mientras en el reloj está a punto de dar la hora de la comida. “Además una pizarra muy grande, también le han traído una bañera para los muñecos”, agrega Rafael satisfecho, pensando que a este paso, será necesario habilitar una nueva habitación en la casa “para meter tantos juguetes”.

Juan José, el primogénito de Rafael que ya cuenta con diez años, se encontró “cerca del portal de Belén del salón” la bicicleta con la que echa una carrera con sus amigos del cole. Su padre comenta que “también ha recibido un ordenador que ya maneja mejor que yo”. Y es que esta nueva generación cuenta con la ventaja de haber nacido en plena efervescencia de las nuevas tecnologías de la información, luego parecen estar preparados desde el útero para dominar tanto ordenadores personales, como videojuegos y teléfonos móviles sin el adiestramiento previo que necesitan sus padres. “Por último”, añade Rafael en la lista de su hijo Juan José, “le han traido un Pressing Catch”, refiriéndose al cuadrilátero a escala reducida que emula una modalidad de lucha libre que se emite en la televisión durante la sobremesa. La descripción que hace Rafael de este juego es tan gráfica y detallada que podemos pensar que pasa las tardes ociosas jugando con su crío en esta particular forma de entretenimiento. Tras una mirada cómplice, confiesa: “Si, es cierto. Yo juego con el niño al Pressing Catch y nos divertimos muchísimo”.

Abandonamos los llanos de la Marina con la satisfacción de ver felices a los pequeños de la Ciudad de Ceuta con sus nuevos juguetes, con un día más para disfrutar de sus regalos por que hoy lunes es festivo. Un día más en que las risas infantiles ganarán en decibelios a los motores de los coches.
 

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