La nueva ley de Carrera Militar que entró en vigor el pasado
1 de enero y la que De Loño se comprometió ayer a adaptar lo
antes posible el personal y los medios de la COMGECEU
transformará las Fuerzas Armadas en los próximos años al
establecer un nuevo modelo de enseñanza, instaurar un nuevo
sistema de ascensos y escalas, y reducir la plantilla de
militares profesionales.
El modelo de enseñanza y las reglas de comportamiento de los
militares son los dos apartados clave que fueron objeto de
discrepancias entre las fuerzas políticas en su debate
parlamentario.
Respecto al sistema de enseñanza, a partir de ahora los
militares podrán obtener, en sus academias de enseñanza,
formación para conseguir el título del sistema educativo
general, que será universitario en el caso de los oficiales.
La formación se impartirá en los centros docentes militares,
que serán las actuales Academias. La obtención de los
títulos del sistema educativo general se realizará por
mecanismos de reconocimiento u homologación en los casos de
la Formación Profesional para Suboficiales y Tropa y
Marinería.
Respecto a la plantilla de las Fuerzas Armadas se reduce el
número total de efectivos, que deberá situarse entre 130.000
y 140.000, frente a los 150.000 y 168.000 actuales.
El número total de oficiales y suboficiales deberá pasar de
los 48.000 actuales a 50.000, si bien aumenta el número de
suboficiales y disminuye el de oficiales. También se reduce
el número de oficiales generales, que pasa a ser de 200,. El
número de coroneles baja de 1.235 a 1.050 y el número de
militares de Tropa y Marinería desciende de la actual
horquilla de entre 102.000 y 120.000 a 80.000 y 90.000.
Asimismo la ley, que ha nacido entre las críticas de la
Asociación Unificada de Militares (AUME) y de la AME cambia
la fórmula del juramento a la bandera.
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