PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 6 DE ENERO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

Marruecos: la vuelta del embajador Azziman
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Miguel Ángel Moratinos, diplomático con acreditada fama de trabajador, sabe hilar fino cuando procede. En su etapa de Oriente Medio llevó a buen término unas complejas relaciones a varias bandas (la Unión Europea incluída) con el régimen sirio y, pese a sus desencuentros con Sharon, supo entablar cierta intimidad con otros líderes israelíes como Netaniahu. Si a sus habilidades personales (otra cosa es la política del gobierno al que pertenece y el principio de obediencia debida) unimos su último viaje a Rabat, donde fue recibido como caído del cielo, para hacer entrega de una carta (¿personal, de Estado?) del presidente Rodríguez Zapatero al rey Mohamed VI, el resultado parece que no se ha hecho esperar: la ocasión la pintan calva y Rabat, en un pis pas, habría decidido la vuelta del embajador de Marruecos a Madrid (de hecho Azziman ya podría estar volando hacia España) lo que no deja de ser en sí, objetivamente, una buena noticia para las complejas relaciones bilaterales entre ambos países a la espera aun, en pleno siglo XXI, de una vecindad por construir sin sobresaltos de ningún género.

Si hacemos caso a la edición de ayer sábado del diario “Almassae” (La Tarde) “Marruecos habría aceptado la vuelta del embajador sin condiciones”, según anuncia este medio en su portada a dos columnas, mientras comenta que se desconoce todo de la carta remitida por el presidente Zapatero al rey de Marruecos; a juicio de este solvente periódico, de gran difusión en el vecino país, la diplomacia española sería consciente de la importancia de las relaciones entre ambos países, inmersos ambos en una lucha común contra la emigración clandestina y el terrorismo, si bien la iniciativa española habría que entenderla, principalmente, en clave interna. “Almassae” aprovecha en su contraportada para anunciar, desde el próximo lunes, una serie de capítulos sobra la vida de uno de nuestros jueces estrella, el polémico Garzón.

Con la vuelta de Azziman el gobierno marroquí daría por cerrado, oficialmente, el último desencuentro si bien como suele decirse (y personalidades de relieve han reconocido a este columnista) “la procesión va por dentro”; en esta cultura las ofensas no se van así por las buenas, sin más. Por lo demás y en jerga diplomática, el desencuentro entre dos países suele pasar por cuatro escalas: la más elemental es la protesta, siempre en privado, que puede articularse de dos formas: a través del embajador radicado en el país orígen de la ofensa o, al contrario, convocando en el ministerio de Exteriores del país ofendido al representante diplomático allí destacado; el siguiente paso, in crescendo, es la llamada a consultas al embajador , que puede ser desde simbólica (por días) o indefinida, como era el caso con Azziman, evidenciando de esta forma ante la comunidad internacional la discrepancia y el disgusto por la ofensa (real o presunta) recibida; bastante más grave (y difícil de recomponer) sería el siguiente escalón, la retirada del embajador, si bien ello no presupone el cierre de la legación diplomática pues de ella suele hacerse hace cargo, interinamente, el número dos de la misma; el último y más traumático paso es la ruptura de relaciones con el cierre de la embajada, acto que suele ser contestado recíprocamente por el otro país.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto