Dice el Secretario de Organización
del PSOE José Blanco que “debe la Iglesia rectificar por las
falsedades que se vertieron en el encuentro “Por la
familia”. Y seguimos preguntándonos ¿es que son contrarias a
las leyes las reivindicaciones arriba reseñadas?. ¿“es que
la iglesia se aleja de los principios democráticos”?. Ha
llegado el momento, y así se ha puesto de manifiesto, en que
la Iglesia ha hecho uso, estrictamente, con todo el rigor de
su derecho, de los derechos fundamentales y de las
libertades públicas que establece nuestra Constitución, como
aquellos de que “todos tienen derecho a la vida…”, “de
libertad ideológica, religiosa y de culto…”, “expresar y
difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones
mediante la palabra…”, reivindicando un sitio al sol social
de su forma cristiana de ser y sentirse familia.
No podrán quienes así lo intenten, a través de las críticas
u opiniones de los que defienden que 4.200 de parejas
homosexuales puedan tener una legislación “acorde con sus
derechos” (¿es qué se contempla en la Constitución el
derecho de contraer matrimonio personas del mismo sexo?), en
contra del 90 % (mas de 35.000.000 millones) de la población
española que clama por la “familia cristiana” y que ha hecho
sentir su voz en tan numerosa manifestación, como hace
sentir su manifestación de fe en la Romería del Rocío, en la
de la Virgen de la Cabeza o en la Semana Santa de todos los
pueblos de España, por poner unos ejemplos, hechos que
avalan lo suficiente a quienes ostentan la representación
que quienes así no lo entienden se la discuten y que tres
Cardenales no se cortaron a la hora de denunciar los ataques
contra la familia, contando con la bendición Papal que
constituyó, también, una sorpresa histórica en esta clase de
actos.
Todo ello con la promulgación de la ley mal llamada “de
Educación para la Ciudadanía” que limita el derecho a educar
a los hijos en las convicciones religiosas de sus padres,
que se contradice con la Constitución en lo que se refiere a
que todos los padres tienen derecho para que sus hijos
reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo
con sus propias convicciones” y que produjo, en su día,
también, un duro enfrentamiento entre la autoridad
eclesiástica y el gobierno de la nación, ha sido origen,
motivo y justificación, creemos, para mostrar el
descontento, con una numerosa, como la llevada a cabo el
pasado día 31 en Madrid, de las familias cristianas.
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