Pepe Pinto, famoso cantaor, tenía
una canción, que en una de sus estrofas decía: “…Bombones y
caramelos que en la noche de los Reyes son las lágrimas del
cielo…”.En el supuesto que el cielo sea capaz de llorar, no
me cabe duda alguna, que sus lágr4imas con por todos
aquellos millones de niños, que anoche víspera de los Reyes
Magos, no tenían ilusión alguna a sabiendas que nada les
iban a traer.
Ilusiones rotas para todos esos millones de niños, cuya vida
es un auténtico infierno donde se la tienen que jugar la
vida para poder comer cada día. Niños con fusiles haciendo
la guerra, jugando a ser soldados, porque ese juego les
permite el vivir cada día, sabiendo que en el vivir y matar
sus enemigos, está resumida toda su existencia. Juegos de
muertes, que es el único juego que conocen desde que
nacieron.
Millones de niños explotados, haciéndoles trabajar desde su
más tierna infancia. No conocen otra cosa que no sea el
trabajar. Ni uno ni otros, ni los niños soldados ni los que
trabajan, tendrán en la víspera de los Reyes Magos, la más
mínima ilusión. Su única ilusión es continuar con vida al
día siguiente. ¡Malditos sean aquellos que los emplean para
la guerra o para su explotación!.
Me ha impresionado ver una fotografía de un niño soldado con
su fusil al hombro sentado en una roca mirando el horizonte.
Observándolo bien, comprendí que no miraba a ningún lado,
tenía la mirada perdida, era un mirar sin mirar, de sus ojos
inexpresivos, cansados de ver siempre lo mismo.
He levantado mimbrada hacia el cielo y le he preguntado ¿Por
qué, por qué?. Y nadie me ha respondido, ni tan siquiera he
sentido sobre mí cuerpo el caer de alguna lágrima. Y he
vuelto a preguntarme ¿hacía dónde tengo que mirar, para
encontrar una repuesta?. Y algo dentro de mí, me ha
contestado que la repuesta está en nosotros mismos.
Porque somos nosotros, los que vivimos en los países
desarrollados, los que tenemos la posibilidad de hacer que
ningún niño sea soldado, ni ningún niño sea explotado. Sino
que todos esos millones de niños, soldados o explotados, la
víspera de los Reyes Magos, se acuesten y en su soñar tenga
la ilusión, de que al despertar al día siguiente, los Magos
de Oriente le habrán traído un regalo con el que jugar a ser
niños.
¿Tiene solución este problema?. Probablemente la tenga, y si
no habrá que buscarla, para que todos esos niños, se sientan
niños y tengan las mismas ilusiones que el resto de los
niños y en sus miradas sin mirar aparezcan la luz de la
esperanza de un mañana mejor.
Desde luego el problema, estoy convencido de ello, no se
soluciona enviando dinero y más dinero a todos esos
dictadores, que no invertirán nada en esos niños, que
seguirían siendo soldados o explotados, porque ese dinero
irá a para a paraísos fiscales, engordando las cuenta del
dictador de turno y de sus familiares.
Desgraciadamente, para esos millones de niños, así está
montada toda esta mentira de un mañana mejor, Cuando ese
mañana, para ellos, consiste en cargar con su fusil o
rebuscar en la basura.
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