Apadrinados por el cantautor madrileño Quique González, el
Escenario de Culturas Contemporáneas, Actual 2008, dio
anoche la alternativa a dos nuevos valores de la música
española: la ceutí Elsa Rovayo, más conocida como La Shica y
al cantante canadiense afincado en La Rioja, Brendan
Croskerry. Ambos se perfilan como dos de las grandes
revelaciones del panorama musical español de los próximos
meses, una vez que salgan a las venta en febrero sus
primeros álbumes musicales. ‘Trabajito de chinos’ es el
título del disco de La Shica, una pequeña mujer de 1,58
metros de altura (Ceuta, 1976), que llegó con quince años a
Madrid para triunfar como bailaora.
En 2005 y después de recorrer numerosos tablaos de la ciudad
para ganarse la vida, La Shica se cansó de todo aquello y
apostó por dar rienda suelta a su otra faceta artística, la
de cantante. “El traje de bailaora me apretaba demasiado.
Vamos que me veía muy fea. Necesitaba cambiar”, recordaba
ayer la cantante en Logroño. Elsa convenció entonces a
Fernando de la Rúa (guitarra española), Miguel Rodrigáñez
(contrabajo), Pablo Martín (percusión), Popi y Vane (coros,
palmas, baile) para embarcarse en su proyecto musical.
“Al principio nos subíamos al escenario y hacíamos cualquier
cosa. Pero con el paso del tiempo hemos ido buscando un
sonido diferente, en el que las coreografías tuvieran una
relevancia especial cuando actuásemos”, explicó en
declaraciones a la agencia EFE.
El resultado de esa evolución es un estilo musical en el que
se mezclan el hip-hop con el flamenco y en el que la canción
española adquiere una importancia fundamental, porque lo que
siempre ha querido La Shica es acercarla al público más
joven que la ha tenido denostada.
“Hasta hace poco daba vergüenza decir que te gustaba la
copla. Siempre que lo hacías te decían que era una
horterada. Sin embargo, para mi, es una música maravillosa y
canciones como Ojos verdes, La bienpagá, o Pena, penita,
pena son lo mejor que se ha hecho. Es una lástima que estén
olvidadas, porque son alucinantes”, señaló.
La Shica no sabe lo que deparará el primer disco que acaba
de concluir, aunque lo que si que tiene claro es que le ha
servido para hacerla mujer, porque ha trabajado “de verdad”
y con “gente maravillosa”, como el cantante flamenco Miguel
Poveda y el líder de Elbicho, Miguel Campello.
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