Cargados de caramelos y con miles de regalos guardados con
celo durante un año para los niños del mundo, Sus Majestades
los Reyes Magos pasearon durante la mañana, la tarde y la
noche de ayer por las calles de la Ciudad antes de entrar a
hurtadillas en los hogares para dejar sus presentes a los
pequeños. Vienen de lejos, a lomos de resistentes y
entrenados camellos desde la tierra de Belén, para cumplir
puntualmente con la parada obligatoria en Ceuta, anclada
entre Oriente y Occidente, bañada por el Mediterráneo y el
Atlántico.
“El año pasado hicimos a pie nuestro paseo por Ceuta”,
comentó Melchor mientras atusaba su larga barba blanca. Este
año, Sus Majestades -Alberto, Susana y Jaime en la vida
real- se entregaron a la ciudadanía ceutí sentados por
primera vez en calesa, tirados por dos caballos marrones de
noble porte, propiedad de Javier Pérez, que guió las riendas
de los corceles durante el recorrido. “Javier estaba muy
ilusionado en que los Reyes Magos pasearan por el Medellín y
la Gran Vía en sus caballos”, expresó la consejera de
Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu, que siguió de cerca
la organización del evento porque el viceconsejero de
Festejos de la Ciudad quedó en casa aquejado de una
dolencia. La redacción de El Pueblo de Ceuta desea para Juan
Carlos García una pronta recuperación y vuelta a la vida
pública.
La marcha real arrancó a mediodía frente al Hotel Tryp,
donde varios niños presentes creían que se encontraban
descansando los camellos regios. A contados metros de allí,
en la Plaza de la Constitución, se hizo la primera parada
del camino, donde una veintena de churumbeles se acercó al
coche de caballos en brazos de sus padres. Entre susurros y
besos, estos jóvenes pudieron pedir a Sus Majestades los
Reyes Magos todo aquello que querían que apareciera bajo el
árbol de Navidad en la mañana de hoy. Esta no fue la única
parada en el camino en dirección a Plaza de los Reyes, ya
que las detenciones en la calle Camoens fueron constantes.
En este punto se unieron a la celebración los dependientes y
dependientas de esta calle comercial, pues los caramelos
lanzados desde la carroza llegaron hasta la entrada de los
mismos negocios.
El recorrido matutino finalizó a pocos minutos de la una de
la tarde, nuevamente frente al Hotel Tryp. Si parecía que
tocaba la hora del ágape y merecido descanso, los Reyes
Magos recordaron que aún quedaba una cita pendiente con su
visita oficial: el Presidente de la Ciudad de Ceuta, Juan
Jesús Vivas, esperaba en el Salón del Trono del Palacio
Autonómico para darles una cordial bienvenida. Y
precisamente allí mismo Sus Majestades pudieron recibir a
los pequeños caballas con más tranquilidad para escuchar con
tiempo suficiente los deseos de buena esperanza (“quiero una
Nintendo DS, quiero un coche eléctrico nuevo, quiero una
castillo de Playmobil...”). Allí la expectación ante la
presencia real fue tan intensa, que incluso una de las niñas
que acamparon en la sala administrativa perdió un pendiente
y su madre no echó en falta la joya hasta casi media hora
más tarde. Melchor, Gaspar y Baltasar prometieron que los
deseos de los niños serían cumplidos, así que los presentes
llegaron sin falta para todos entre la noche de ayer y la
mañana de hoy. Justo en estos momentos, Carmen, una de las
tres preciosas pajes del Rey Mago Melchor, estará
disfrutando de su nueva consola Wii, que pidió como regalo
para el día de hoy, seis de enero.
El encuentro en el cabildo finalizó rozando las tres de la
tarde, en vísperas de la llegada de Meca a la playa en el
primer tramo de su cruzada náutica. Pero el nadador tenía un
compromiso con las aguas del Estrecho, así que tuvo que
seguir su camino sin poder pedir en personas a Sus
Majestades un final feliz para su titánica empresa: cruzar a
nado tres veces desde Tarifa a Ceuta. Antes de salir de la
estancia administrativa, el Presidentre aún tuvo tiempo para
escuchar un comentario que despertó sonrisas: “Es la segunda
vez que nos visitan reyes este año”, expresó a voz alzada un
ciudadano. Y es que Ceuta ya ha acogido a miembros de la
Realeza en menos de dos meses, un tanto positivo para la
Ciudad Autónoma.
Tras una comida frugal y descanso en una estancia hotelera
de la Ciudad, Melchor, Gaspar y Baltasar retomaron el camino
hacia la barriada de San José de Hadu. A las cinco y media
de la tarde salieron desde el acuartelamiento de González
Tablas, en la calle Teniente Coronel Gautier. Esta vez
viajaron en tres carrozas automatizadas y acompañados por un
séquito de pajes a caballo aún más numeroso que el que les
siguió durante la mañana, unos treinta entre caballeros y
amazonas. A ritmo de’Campanas de Belén’, ‘Dame el aguinaldo’
y ‘Ya vienen los Reyes Magos’, canciones interpretadas por
la banda de música de la Ciudad, Sus Majestades lanzaron
caramelos ante una multitud exaltada por los suculentos
dulces: tanto niños como mayores doblaron la visagra para
recoger las coloridas golosinas. La algarabía que iba y
venía a la caza de caramelos fue tan frenética, que la
pequeña Laila, de apenas cuatros años de edad, tuvo que
recibir los caramelos de manos de su padre, que recolectaba
los dulces que llegaban en trompa hasta su negocio familiar
de comestibles.
Al final de la calle Teniente Coronel Gautier la procesión
expiró, apenas una hora más tarde la salida. Aún quedaba por
cumplir con la última y más importante etapa de la travesía:
a las 19.30 horas salían de Maestranza y aún quedaban muchos
caramelos por tirar. Bajaron de la carroza real, montaron en
un Mercedes y marcharon cuesta abajo en dirección al centro
de la Ciudad.
Siete y media en punto. El grupo Acudeduca preparó como
espectáculo la marcha de un dragón humano con música
incorporada para amenizar lo que quedaba de fiesta. A la
sintonía se unían las voces de niños que pedían caramelos y
más bullicio en la calle Real, camino nuevamente del Palacio
de la Asamblea, donde finalizó el evento sobre las diez de
la noche.
Durante la cabalgata podía verse el ambiente más típico de
estas fiestas: los roscos de Reyes ya casi habían
desaparecido de los escaparates de las pastelerías del
barrio, las compras de última hora para los infantes de la
casa y la mayoría de tiendas abiertas hasta las doce de la
medianoche para aprovechar este agosto en la fecha de
calendario más consumista del año. Acompañó una noche muy
agradable, pasada la tormenta de hace apenas tres días. Una
nota de color singular la puso el paso por la calle Beatriz
de Silva: en el mismo marco confluyeron la sinagoga judía,
con los musulmanes que se agachaban para recoger caramelos y
el estandarte de la cristiandad que representa el paso de
los Reyes Magos. Y es que Ceuta es una ciudad de encuentro
cultural, en su equilibrio y relativa armonía.
Con pronósticos de felicidad cumplidos, viendo la caras de
alegría de la ciudadanía ceutí tras la cabalgata de la
noche, ya sólo queda mirar atrás para contemplar un año de
buen comportamiento cívico, de agradable trato a nuestros
vecinos y de auxilio a los más necesitados. Para dar
ejemplo, los infantes ceutíes se portarán muy bien en 2008,
para que el próximo años los Reyes Magos repitan visita a la
Ciudad cargados de nuevo con numerosos regalos. La redacción
de este medio seguirá pidiendo, sobre todo, paz y felicidad
para sus ciudadanos.
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