Con la trifulca entre el delegado
del Gobierno y el presidente la Ciudad de final de año en
sordina, el 2008 arranca con buenas noticias en áreas de
tanta importancia para una ciudad de las características de
Ceuta como es la de Fomento, donde el trabajo de Juan Manuel
Doncel, un consejero poco aficionado a estar en el
escaparate, está dando frutos de calado sin fuegos de
artificio.
El más que probable acuerdo, pendiente de concretarse es
mismo mes, con el Ministerio de Fomento y el Ministerio de
Vivienda para el desarrollo urbanístico del solar que
ocupaba el acuartelamiento del Brull es sólo una de ellas.
Los terrenos, actualmente baldíos tras los trabajos de
limpieza y desescombro que se han acometido en ellos
recientemente, suponen un paso más para un área llamada a
ser un apéndice principal de lo que hasta ahora se ha
entendido como centro urbano.
La Ciudad, que es plenamente consciente del déficit de
viviendas que arrastra Ceuta, planea levantar en la zona
cerca de medio millar, actuación que exigirá una
modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)
en vigor. De ellas, cerca de una quinta parte serán
viviendas protegidas para su adjudicación en régimen de
alquiler, otra necesidad acuciante de la ciudad que el
Gobierno autonómico se está encargando de subsanar en la
medida de sus posibilidades, tal como demuestra el próximo
sorteo de las 64 casas para jóvenes que se han construido en
las calles Calderón de la Barca y Serrano Orive. Más allá de
lo planeado, el anuncio demuestra que la colaboración
efectiva entre la Administración General del Estado y la
Ciudad Autónoma no se ha frustrado por diferencias
puntuales. Ahora falta que dicha cooperación se concrete
también en el mastodóntico proyecto de regeneración del
Príncipe Alfonso. La oficina técnica que se encargará de
dirigirla está lista para su inauguración. Sólo falta que
Estado y Administración local sumen hechos a las ideas
existentes.
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