El último viaje de Miguel Ángel Moratinos, ministro de
Exteriores, a Rabat (Marruecos) ha levantado las suspicacias
entre los militantes del grupo de la oposición del gobierno
español. Y es que, cuanto menos, la visita es sospechosa, ya
que “ningún ciudadano español conoce el contenido de la
carta que se le ha entregado a Mohamed VI” a través del
ministro de exteriores marroquí, Taieb Fasi Fihri, declaró
González Pérez. “En segundo lugar -continuó- hay que
recordar por qué Marruecos retiró de España a su embajador y
averiguar, por tanto, cuál es el motivo de la visita del
ministro de exteriores a Rabat”.
Para terminar con este argumento, el diputado ceutí cree que
los más lógico hubiera sido “que ellos hubiera venido a
solicitar el reingreso del embajador marroquí en España”.
Según González Pérez, la idea del Partido Popular es que las
relaciones entre España y Marruecos “sean las mejores, pero
no nos interesa apoyar la actitud de sumisión e insolvencia
que caracteriza al gobierno de Zapatero”, comentó. “Queremos
unas relaciones excelentes entre España y Marruecos, porque
es bueno para España y Ceuta, pero este hecho no significa
que renunciemos a los planteamientos que más nos pueden
interesar”. El político quiso recordar el último episodio
del presidente del gobierno, cuando fue incapaz de callar al
primer ministro venezolano, Hugo Chaves y tuvo que hacerlo
el Rey de España.
González Pérez reconoció “estar preocupado porque el
gobierno español vaya a Ceuta, parece como si aceptáramos
que Marruecos mantuvo una decisión acertada cuando se opuso
a la visita Real y aceptáramos que España lo hizo mal”,
expresó. El diputado dijo que en caso de que “me pusiera en
la piel de Moratinos, lo que pretendería con esta visita
sería recuperar la estabilidad en el norte de África” y
añadió, “pero lo que está claro es que no hay nada que
negociar con respecto a Ceuta y Melilla”.
Por último, González Pérez aseguró que su grupo
parlamentario pedirá explicaciones al gobierno si se da la
ocasión.
“Nuestras conversaciones fueron extremadamente directas,
como siempre, francas, marcadas por la amistad y la
sinceridad”, dijo el ministro marroquí a los periodistas.
Agregó que habían acordado “trabajar juntos para respetarse
mutuamente y no herir los sentimientos nacionales de los
países vecinos”.
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