Se puede tener una idea en el
momento oportuno y resultar un éxito. Esto es lo que ha
ocurrido con la concentración familiar en la plaza de Colón
de Madrid. El efecto producido por una multitud ingente de
católicos congregada al llamado de sus pastores, para
repudiar pacíficamente, pero con contundencia, el aborto y
los intentos de intrusión del Estado en el seno de las
familias; ha sido tan fulminante que la reacción del
gobierno ha sido explosiva. La iniciativa episcopal ha
impactado en la parte más sensible de aquellos que han
intentado desmembrar la institución secular de la familia.
Señores Pepiño Blanco y Fernández Bermejo, entiendan ustedes
que la Iglesia no ha salido a la calle para apoyar al PP,
sino que la Iglesia ha convocado a los fieles a manifestarse
en defensa de los postulados que ha sostenido desde su
creación por Jesucristo.¿Qué es lo que defiende el
catolicismo? Evidentemente el matrimonio entre un hombre y
una mujer; la procreación y la protección de la vida humana.
Si el Estado ataca los principios de la moral cristiana,
erigiéndose en el mentor de las conciencias de los
católicos, es evidente que entra en el terreno propio de lo
espiritual, en el que no tiene ninguna competencia.
Los que han salido beneficiados por el vuelco de timón
llevado a cabo por el señor ZP, han protestado. La
Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y
Bisexuales habla de “fanatismo religioso” y el señor Blanco
amenaza con que los católicos del PSOE abandonen el
catolicismo. El señor Fernández Bermejo se rasga las
vestiduras y niega a la Iglesia el derecho a criticar al
Gobierno; ellos, no obstante, no han cesado de hacerlo con
los católicos durante toda la legislatura y nos hemos
aguantado, a pesar de que hemos sido sometidos a campañas de
ensañamiento, burla y descrédito.
Si los homosexuales quieren casarse, que lo hagan. Lo tienen
muy fácil, basta que no tengan en cuenta lo que dice la
jerarquía católica; pero la Iglesia católica tiene sus
preceptos seculares, inmutables. ¡Hasta aquí podíamos
llegar! Y lo mismo se le puede aplicar al señor Blanco. Si
usted y los católicos del PSOE, creen que pueden hacer
modificar a su conveniencia los Mandamientos de la Ley de
Dios, están equivocados y no son verdaderos católicos. Hagan
de su capa un sayo, si les parece, pero ni ustedes, ni
Llamazares ni toda la corte de nacionalistas
tercermundistas, pueden hacer cambiar la moral cristiana y
menos que ésta se ajuste a sus intereses electorales.
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