Lo único que este año me ha bajado
algo la moral e incluso me ha entristecido han sido la
noticia del ataque a mi amigo José Luís Moreno y que se
encuentre algo pachucho, mi no menos amigo, José Luís Ascaso.
A ambos dos, les deseo que se me recuperen rápidamente.
Han sido dos casos diferentes. Mientras a José Luís Moreno
le atracaron en su casa y le causaron heridas importantes,
al doctor Ascaso, algo que nosotros desconocemos le ha
llevado a ser ingresado en al hospital. Nuestros deseos es
que, el doctor Ascaso, abandone, completamente repuesto, el
centro hospitalario y vuelva a seguir el ejercicio de su
profesión.
A los dos les conozco desde hace años, aunque por sus
profesiones, he tenido un mayor contacto con José Luí
Moreno, al que he presentado en innumerable ocasiones,
cuando paseando su espectáculo ha actuado en nuestra tierra.
A pesar de ello, a los dos les guardo un cariño entrañable.
Y sólo tengo un deseo que, ambos, se recuperen lo antes
posible. Esa sería la mayor satisfacción que me podrían dar
en el inicio de este año. Así que ya sabéis a poneros bien.
Pero como en esta vida dicen, que no hay dos sin tres, me
para un amigo para decirme que también está algo pachucho
Carlos García Bernardo, aunque según me dice mi comunicante,
se está recuperando favorablemente. No que decir tiene, no
es la primera vez que lo digo, que Carlos es otro de esos
buenos amigos que uno tiene desde hace la tira de años y al
que le deseo un total y pronto restablecimiento.
Me apunto en la libreta de apuntar cosas importantes, para
que no se me vaya a olvidar, que tengo que llamar, sin más
dilación, por teléfono a José Luís Moreno y a Carlos García,
mientras espero encontrarme por la calle a algún familiar
del doctor Ascaso para saber como va evolucionando.
Mis amigos siempre han sido una de mis grandes
preocupaciones. A igual que jamás me ha preocupado lo más
mínimo por aquellos a los que no les tengo afecto ninguno.
Decir lo contrario sería mentir, y la mentira es algo que
hace muchos años, creo que desde que nací, que está borrada
de mi particular diccionario.
Hay personajes, personajillos, politiquillos del tres al
cuarto, por los que no siento afecto ninguno, a pesar de que
en otros tiempos decían ser amigos míos, y sin que sepa las
razones me quitaron la palabra, lo que me creó un enorme
trauma que me hizo estar seis meses sin comer y sin dormir.
A veces siento unas ganas enormes de pegarme tres o cuatro
latigazos de mortificación, para redimir mis culpas, Esas
culpas que me llevaron a que toda esa fauna me negase la
palabra.
Bueno, dejemos a todos ellos que con su pan se lo coman, y
vamos a tratar, por todos nuestros medios, establecer
contactos con esos tres amigos que están pasando por malos
momentos. Llamo al Moreno, la línea da sobrecarga. Lo
intento una y otra vez, pero no hay forma. Halar con José
Luís no es tan fácil como algunos puedan pensar. Desisto y
marco el número de Carlos, también está comunicando. No es m
i día de suerte. Lo sigo intentando.
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