No se asusten Vds., nadie está agonizando aquí, en ésta
cuarta de página al menos, me refiero a esos amigos y
conocidos que tiran de móvil para mandar felicitaciones… y
eso que aún queda la Nochevieja. El que agoniza es el 2007.
Pero cuando vean la luz estas letras ya estará bien muerto
¿no creen?
Como quiera que el artículo con el que entro en 2008 es en
segundo plano, primero porque las fiestas de Nochevieja me
han dejado poco menos que hecho una piltrafa debido a la
fuerte movida y al hecho evidente de que ya no soy un
jovencito para mover el esqueleto al son de distintas
tendencias musicales…
Vamos a destacar, en éste inicio anual, la noticia de la
manifestación convocada por la Iglesia Católica, Apostólica
y Romana (ICAR) en Madrid en un pulso contra el Gobierno.
El enfrentamiento que hacen los obispos con el Gobierno por
las familias tiene más intencionalidad política que otra
cosa, en el fondo de la cuestión, teniendo en cuenta que la
tarea principal de la ICAR no es la de guardián de la moral.
Carecen de sinceridad, los obispos, con sus declaraciones.
Sobre todo el obispo de Valencia, secundado por el de
Toledo, al mandar un mensaje tan apocalíptico como
inapropiado, tipo Gomá, en el sentido de que no se respeta
la Constitución y que nos dirigimos a la disolución de la
democracia… ¿qué entienden por democracia éstos obispos? ¡Si
la tarea de los mismos está regida por los principios de una
dictadura inmovilista!
He escrito que carecen de sinceridad, porque principalmente
los propios obispos son conscientes de que sus patrocinados
–la familia tradicional- es un auténtico pozo de pecados.
Quién diga que el padre de familia es todo un mal ejemplo,
teniendo querida a escondidas, acierta de lleno en la
verdad… no digamos de la sufrida madre de familia, apaleada
y despreciada sin poder denunciar la situación. El machismo
celtibérico va parejo con las declaraciones de los obispos.
Igualito, igualito que los fundamentalistas islámicos.
¿Quiénes ayudan más a la gente a desviarse en sus tendencias
sexuales?... sin duda los propios religiosos, misóginos de
cara al mundo, comiendo el coco a los tiernos infantes sobre
supuestas verdades de virtudes intachables para luego
machacarles con peroratas interminables.
En un Estado de Derecho y de plena democracia… ¿cómo podemos
tolerar la injerencia de Jefes de Estado extranjeros? No
podemos permitir que mandatarios de un Estado extranjero nos
manoseen los cojones a su conveniencia para su propio
beneficio. No me negarán que el Vaticano es un Estado y que
Benedicto XVI es su presidente.
La exhortación del presidente del Foro de la Familia sobre
no dejar jamás la cabeza y el corazón de los hijos en manos
de otros y menos aún del Estado, se puede aplicar
perfectamente a ellos mismos, a los religiosos, que sí
tienen contactos que se apoderan de las cabezas y corazones
de los hijos muchísimo más que el propio Estado y
contradice, con mucho, la declaración de los Derechos
Humanos de la ONU sobre el derecho de las personas.
Los primeros que no respetan la democracia son los propios
representantes vaticanistas, no existe ni existirá una
Iglesia española, al no respetar el conjunto del articulado
constitucional, principalmente en lo referente a lo
aconfesional, sobre la libertad del ser humano a elegir
libremente el sendero de su propia vida.
Quieren que sigamos siendo unos borregos que continuemos la
senda marcada por sus pastores ¿en beneficio de quién?... de
ellos mismos. Como lo demuestra el ejemplo que pongo, tan
cierto como que yo escribo, a continuación y que como éste
son miles que hubo y habrá mientras…
Una familiar, solterona y bastante adinerada, decidió entrar
en las monjas de cierta compañía. Hace años de ello. Cada
año por estas fechas era invitada por la familia a pasar los
días desde Navidad hasta Reyes. Habitualmente regalaba
importantes sumas de dinero, tenía de sobra, el día de Reyes
a algunos familiares hasta hace tres años, desde entonces no
regalaba nada. La última vez se le preguntó si se había
gastado todo… no, la libreta de ahorros la tenía guardada el
director espiritual de la compañía de religiosas con el
exhorto de obediencia debida. Esperaba a que muriera para
que el dinero pasara al convento. Supuestamente. ¿No te
jode? Y no escribo de miles, escribo de millones…
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