PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 3 DE ENERO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

La Iglesia Católica y su sitio
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

El pasado 30 de diciembre millón y medio de ciudadanos ejercieron legítimamente su libertad, manifestándose en el centro de la capital de España “Por la familia cristiana” y sus valores mientras, desde Roma, el Jefe de Estado del Vaticano, el papa Benedicto XVI, dirigió un largo y afectuoso saludo en castellano a los concentrados en un ejemplo nada diplomático de injerencia política. Pero, ¿qué entiende por “valores” esta particular y confesional grey?

La ciudadanía española de fe católica haría bien en recordar la tibieza de la jerarquía eclesiástica en Roma para con sus pastores euskaldunes, buscando subterfugios para no acabar de ponerla en su sitio y mandarla, por ejemplo, de misiones a una leprosería en Filipinas. Mientras algunos obispos se desgañitaban en Madrid aun sonaban en mis oídos las hirientes e injustísimas palabras del Obispo de San Sebastián, monseñor Uriarte. Quizás no esté de más recordar que, mientras una buena parte de la Iglesia Católica jaleaba al general Franco entrando bajo palio en los templos otra, en la periferia, amamantaba al sanguinario terrorismo etarra. ¿O ya no se acuerdan ustedes de que ETA nació en un seminario de curas…?. Y es precisamente esta iglesia, con su lamentable y oscurantista historial desde los tiempos del emperador Constantino, ¿la que se atreve, con demagogia y cinismo, a defender los valores de la familia?. “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, como parece que dijo aquél líder mesiánico judío llamado Jesús. La descarada manipulación política de la Iglesia, en defensa básicamente de sus oscuros intereses crematísticos y de otro tipo, empieza a ser intolerable. Por esta vez el Gobierno de Zapatero y los socialistas van cargados de razón en sus críticas, como recuerda el reciente comunicado de la Ejecutiva Federal del PSOE: “Es la Constitución de 1978 la que determina que la soberanía reside en el pueblo, del que emanan todos los poderes del Estado”.

También está el vidrioso asunto de la moralina y esa enfermiza obsesión con el sexo que el cristianismo comparte con el islamismo, particularmente en lo que atañe a la homosexualidad. A ver si tanto monseñor se atreve a encarar de una vez lo que es un secreto a voces: la represión sexual (y su consiguiente salida por el fuero y por el huevo) a la que son sometidos curas y monjas, o los numerosos casos de pederastia en los que están envueltos -con la complicidad eclesiástica, mientras no halla escándalo- un significativo número de sacerdotes. Eso sí que clama el cielo: ¿cómo era aquello de la piedra de molino al cuello para quien escandalizare a los pequeñuelos…?. ¿Y es esta Iglesia, cuyos representantes en teoría desconocen lo que es una vida sexual sana, la que osa pontificar en voz alta sobre los valores morales y el sentido de la familia?; ¿estos hombres que nunca serán padres, estos eunucos vocacionales tienen la osadía de dar lecciones éticas sobre matrimonio?. Quizás el problema de fondo es que en España, a estas alturas, todavía no se ha dado una separación real entre la Iglesia y el Estado. Y entretanto, la nueva oleada expansionista del Islam con ínfulas de ocupar en España puestos y prebendas a imagen del Catolicismo rampante. Apañados vamos: ¡que Dios -Alah, Yahvéh, Buda o el que sea- nos pille confesados!. Amén.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto