Atrás quedó otro año en el que
hemos tenido de todo, pero en el que hubo más cosas buenas o
regulares que malas. Esperemos que a partir de hoy lo bueno
siga así, lo regular mejore y lo malo desaparezca.
Con todo, el final de 2007 y los comienzos de 2008 no
parecen lo más aceptable para esa propaganda, de tantos
meses sobre el AVE por las tierras castellanas,
concretamente de Madrid a Valladolid, pasando por Segovia.
Y este parece que va a ser el caballo de batalla, uno de
tantos, de la ministra Magdalena, para la que el pasado año
sí que ha sido de dolores de cabeza o de hacer, cada día, el
más difícil otra vez.
Los responsables de eso que se ha dado en llamar ALTA
VELOCIDAD ESPAÑOLA no han sido capaces de poner en
funcionamiento esa línea que parecía la panacea, para la
capital de Castilla y León o, para la ciudad de Segovia, y
en tan sólo cuatro días lo único que están teniendo es
fracaso, tras fracaso y unos retrasos que ni en los peores
de los sueños podían suponer, con lo que los viajes, al
tener que devolver el dinero, están resultando gratis,
pesados, aburridos y llenos de mala imagen.
Naturalmente que no es el mejor comienzo para una campaña
electoral el verse envueltos en este lío de abucheos, cuando
llega el AVE a una ciudad importante, y Valladolid lo es.
Y todo por las prisas de iniciar esa campaña electoral con
algo más que mostrar a los posibles votantes, que en
Castilla y León no son muchos, con lo que ha resultado que
ese algo más se haya convertido en una auténtica chapuza.
Hay un refrán por aquí, por mi tierra (estoy escribiendo
desde Piedrahita, Ávila), que se ha extendido a otras
partes, también, que dice que las prisas son sólo buenas
para los malos toreros y para los ladrones. En Valladolid,
aunque no muchos, ha habido y hay algún buen torero, lo otro
habrá que analizarlo más despacio, aunque ir más despacio
que el AVE de esa zona ya es complicado.
Y no quiero entrar en las demás rutas de la ALTA VELOCIDAD
ESPAÑOLA, por aquello de que ahora, desde aquí, me quedan
bastante lejos, pero lo que sí es cierto es que hasta
Sevilla no han sido muchos los problemas que hubo. Eso se
hizo bien, aunque costó no uno sino los dos riñones. Lo de
Zaragoza y Barcelona parece de otra galaxia, ahí han pintado
“bastos”, a Málaga veremos lo que resulta y a Valladolid lo
hemos expuesto más arriba.
Total que de 4, 1 bien, 1 fatal, la otra con fallos a cada
instante y la de Málaga habrá que dejarla para la campaña
electoral.
Con esto, visto desde un pueblo de Castilla y León que no
tiene ferrocarril, ni lo va a tener en todo el siglo XXI,
tenemos que desear un feliz 2008, especialmente cuando ya
nos vamos a ver libres de una ministra de Fomento que, a
pesar de su tesón para seguir en el cargo, a pesar de sus
buenas, que no acertadas, intenciones y con el bagaje de
tantos fracasos, ha pasado el año que acaba de terminar
llenando informativos de radio, televisión y portadas de
periódicos.
No quería comenzar mi columna en esta línea, es este mi
segundo año aquí, pero cuando vas a hacer un viaje con la
ilusión de que en tu Comunidad Autónoma ya hay algo nuevo de
primera línea y te encuentras con que has tardado más que
cuando ibas en aquellos “mercancías” de madera, se te pone
mala uva.
Con todo, Feliz 2008, también para la ministra de Fomento.
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