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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 2 DE ENERO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

“Eguzkilore” en Cudia Tahar
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Buenos leños para encender, buenos libros para leer y buenos amigos con los que conversar”. Con la prieta madera de algarrobo crepitando alegremente en la chimenea y una cena sabrosa pero frugal, dimos comienzo a este nuevo año encareciendo, entre todos, que a la postre sea al menos como el pasado; la salud el principal activo y que nuestros corazones sigan, animosos, latiendo. Otro año más (y otro año menos, en nuestra cuenta particular) se nos ha escurrido entre las manos aunque estos días, apaciblemente refugiados en casa, hemos logrado sobrevivir al absurdo e hiriente consumismo de estas fechas y sus perniciosos efectos para el bolsillo, la salud y hasta la dignidad. El desenfrenado ritmo social en las sociedades pudientes del Planeta, jaleado por una implacable mercadotecnia a la que le importa una higa la paz y la felicidad del género humano, tampoco ha podido este año turbar la placentera serenidad con la que, el que esto escribe, su pequeña familia y unos buenos amigos, comenzaron su andadura en este año de 2008. Tras los bosques de Beni Hosmar (dejando a nuestras espaldas los valles de Tetuán y Martil, bañados por los rayos del sol) una escala en Buanán, recordando con dolor la infamia del 11-M y el recuerdo de la nada, para seguir hasta las altivas crestas del Gorgues y, tras dejar el coche donde siempre, emprender una enérgica arrancada hasta la antigua posición de Cudia Tahar, donde su exigua guarnición (dos mermadas compañías del Regimiento del Príncipe) resistió denodadamente, desde el 9 de septiembre de 1925, la embestida de tres mil harqueños de la República del Rif hasta su liberación, cuatro días más tarde. Por los alrededores decenas de “Eguzkilore” (“Flor del sol” en euskera) parecían saludar el nuevo año, alejando protectores akelarres y malos espíritus de las cumbres de la montaña.

En Marruecos varias fueron las noticias que marcaron, a mi parecer, este fin de año. Una de ellas la anunciada evasión del famoso ciudadano español Mohamed Uazzani, más conocido como “El Nene”, de la cárcel de Kenitra (45 kms. al norte de Rabat), donde cumplía condena de 8 años de prisión por tráfico internacional de drogas y tentativa de homicidio. Por tal motivo ayer mismo, 1 de enero, el Tribunal de Primera Instancia de Kenitra condenó a 8 funcionarios de la prisión (fue apenas hace unas horas y aun no he tenido acceso a nombres y cargos de los implicados) a penas que oscilan entre dos meses y dos años de prisión firme. A mí la fuga del “Nene” no me ha extrañado (salía y volvía a entrar cuando le daba la gana), aunque yo la enmarcaría en un mero asunto de negocios: el “Nene” no se fugó, se cobró una deuda a un prominente y agobiado responsable administrativo que, en su momento, se vio solo ante el duro dilema de cómo solucionar un delicadísimo asunto familiar que el “Nene”, siempre generoso y ojo avizor, arregló solidariamente, con presteza e inteligencia.

Mohamed Ouazzani, “El Nene”, disfrutó primero del “hauli” y luego del turrón en Ceuta, ciudad querida y pudiera ser que hasta en la Costa del Sol, saludando a viejas amistades y disfrutando jactancioso de su libertad. Veremos en qué acaba la petición ante la Interpol, de busca y captura, elevada parece ser por Rabat.
 

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