Se sabe que la “Manzana de la
Discordia” es el origen o motivo de una discusión. Y podemos
referir al efecto (aun cuando muy sucintamente por la poca
disponibilidad de espacio en la plana que se nos tiene
asignado) a como Afrodita sobornó por venganza al juez
nombrado por Zeus, por no haber sido invitada Erida, diosa
de la discordia, a la boda de Peleo y Tetis y sabiendo que
Hera, Afrodita y Atenea habían sido invitadas, envió una
manzana de oro con la inscripción: “para la mas bella”,
siendo elegida así Afrodita la mas bella.
La Manzana que hoy nos ocupa no es de oro, pero a la vista
de su costo podríamos traducir a pesetas de este valioso
metal el importe de su construcción lo que nos lleva,
indefectiblemente, a la conclusión de que su importe se ha
incrementado, desde su presupuesto inicial, en lo
crematístico, a mas de tres veces su valor, sin contar
gastos de defensa judicial por los pleitos que ha llevado
consigo la construcción del edificio que albergará una zona
cultural y de ocio y, según las últimas noticias, un diez
por ciento de su espacio a pequeña zona comercial en la que
se está pensando (otro motivo mas de discordia) en la
instalación de los puestos del mercado de abastos.
Ni que decir tiene que no podemos estar de acuerdo, por otra
parte, con que se instale en el emblemático edificio “un
Mercado de Abastos” con la incorporación, como es natural,
de pescaderías y otros establecimientos que, por la
disposición de alimentos perecederos, producen los
consiguientes efectos de malos olores y efluvios
desagradables así como ruidos que no nos parecen lo mas
indicado para su ubicación en lugar colindante con salas de
conciertos, de teatro, biblioteca, pinacoteca, o de
cualquier otra actividad cultural que se proyecte instalar
en el complejo. El Mercado de Abastos, por otro lado, (y
aquí nos vamos a permitir hacernos eco de innumerables
comentarios que así se nos han formulado), debe ubicarse en
un edificio propio y de uso exclusivo para ello en solares
de que dispone la Ciudad como los del actual o gestionar la
utilización de los solares colindantes de la Plaza Vieja o
Patio Hachuel, adaptado a las nuevas exigencias
principalmente de disponibilidad de aparcamientos para lo
que puede tomarse como ejemplo, sin ir mas lejos, el
edificio comercial creemos que de ocho plantas (seis para
estacionamiento de vehículos) que existe en pleno centro de
la ciudad de Gibraltar, cosa que agradaría sobremanera a los
titulares de los establecimientos que se instalen en el
mismo ya que el principal obstáculo (falta de clientes) con
que hoy tropiezan es la inexistencia de lugares destinados a
estos efectos donde las personas que quieran acudir con
asiduidad no disponen de un lugar donde dejar sus vehículos
mientras realizan compras en el mismo. Todo ello (la
construcción del nuevo edificio) procediéndose al debido
control, o sea, con el algoritmo necesario para que no se
produzcan diferencias tan abismales de incrementos del
presupuesto inicial (como las producidas en la edificación
actual) o modificados de obras que nos lleven a multiplicar
por tres su valor inicial, cumpliéndose con los plazos
previstos no como ha ocurrido con la “Manzana de la
Discordia” que, en definitiva, después de su costo final, de
los procesos judiciales y controversias surgidas, así habría
que denominarla.
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