La contundente respuesta dada por
el Presidente de todos los ceutíes, Juan Jesús Vivas a las
desafortunadas aunque meditadas declaraciones de Jenaro
García-Arreciado la pasada semana ha recibido innumerables
críticas. Algunas de ellas señalan que las relaciones entre
el Gobierno Autonómico y Central deben prevalecer por encima
de otros intereses y las menos que señalan que no es la
primera ocasión en la que nuestro representante
gubernamental lanza dardos envenenados contra el Ejecutivo
de Vivas.
Los que conocemos a Juan Jesús Vivas Lara sabemos
perfectamente que su carácter es incompatible con la
soberbia, la prepotencia o la altanería. Siempre ha
demostrado una lealtad institucional inquebrantable a pesar
de todos los ataques recibidos a los que siempre respondió
noblemente anteponiendo su posición conciliadora como máximo
representante de todos los ceutíes.
En esta ocasión, la agresión se dirigía contra todos
aquellos ceutíes que habían apoyado al Partido Popular en
las últimas elecciones celebradas, más de 24. 400 número
que, evidencia que no solo simpatizantes de esta formación
se pronunciaron a favor de Juan Jesús Vivas Lara. Por ello,
por ser el representante de todos los ceutíes que han sido
agraviados por el representante gubernamental el Presidente
Vivas adoptó tan criticada decisión.
En definitiva, quien representa a todos los ceutíes, quien
ha soportado estoicamente ataques personales injustificados,
quien ha demostrado una absoluta lealtad en todo momento ha
adoptado la decisión más difícil para el, romper relaciones
institucionales con quien ha atacado la integridad moral de
los ceutíes premeditadamente dentro de una campaña
orquestada por la federal socialista al objeto de deteriorar
su imagen.
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