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David Meca no es un deportista al uso. El nadador catalán de
33 años desea que la natación sea mediática y a sus
participaciones en Campeonatos de Europa y del Mundo añade
desafíos que exigen muchas horas de entrenamiento para poder
realizarlos. A David lo último que se le ha ocurrido es algo
que ya tenía en su cabeza desde hace más de un año: cruzar
el Estrecho de Gibraltar varias veces sin descanso. Ni una,
ni dos, al final serán tres veces, lanzándose al mar el 3 de
enero (10 horas) desde Tarifa y tras tocar la costa marroquí
regresar a España para emprender una última travesía con
dirección a Ceuta. Meca espera nadar durante unas 12 horas
para cubrir los 60 kms. previstos, por lo que llegaría al
foso de San Felipe y a las Murallas Reales alrededor de las
22 horas, donde será recibido con fuegos artificiales y el
cariño de los ceutíes.
Se gesta tuvo cabida en periódicos nacionales y en
informativos de televisión; ayer David Meca volvió a
aparecer en la pequeña pantalla, en Antena 3, hablando de su
próximo reto desde la madrileña plaza de Sol junto a la
estatua del Oso y el Madroño.
El catalán posee el record del Estrecho desde 1999 en 2
horas y 29’, pero el tope de ida y vuelta corresponde a
Mateo Pesquer con 7h.55’ en 2006, el registro que pretende
mejorar Meca. De todos modos, recordó que “el día 3 se
esperan unas condiciones horrorosas con vientos de 70km./h,
olas de cuatro metros y el agua a 12º. No quiero agobiarme
con batir el record, el objetivo principal será cruzar el
Estrecho tres veces sin parar”.
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Otras aventuras para reivindicar su deporte
David Meca, campeón del mundo de
25 kms. en aguas abiertas, es un inconformista, que ha
realizado aventuras en el Lago Ness, en el Guadalquivir e
incluso con grilletes en los tobillos llegó a San Francisco
desde la prisión de Alcatraz “para demostrar que se pueden
conseguir otras cosas aparte de la piscina. Vivimos en un
país donde sólo existe el fútbol, Fernando Alonso y el tenis
de vez en cuando y es importante hacer retos en deportes
minoritarios. Para mucha gente cruzar el Estrecho a nado es
como subir el Everest”.
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