Sorpresa y hasta incredulidad han provocado en el mundo
educativo las palabras pronunciadas por el Presidente del
Gobierno. Habló de la contribución de la educación al avance
general de España y se comprometió a mejorar el sistema
educativo con diferentes medidas, aunque sin necesidad de
más leyes. Reconoció que algo no va bien, pero no mencionó
expresamente el Informe Pisa. “Es verdad que tenemos
problemas similares a otros países” para asegurar que
“nuestros jóvenes alcanzan niveles de conocimiento similares
a los EE.UU, Noruega, Francia o Dinamarca” (?).
Bien cierto es que en la comprensión lectora los estudiantes
españoles de la ESO, obtienen los peores resultados y donde
más se resiste la comparación. España ha obtenido 461 puntos
y Noruega, en el puesto 25, es la más cercana con 484.
El discurso del Presidente, para la CECE (Confederación
Española de Centros Educativos) se califica de
“incoherente”, ya que en su opinión, y al tiempo que
aseguraba que los “ciudadanos nunca han estado mejor
formados que ahora”, lanzaba “una batería de iniciativas
sobre todo lo que hay que mejorar”. Para esta confederación
“que estamos peor que nunca es una evidencia”, como se
demuestra en el Informe Pisa. Además, se considera como “una
amenaza total y absoluta” el anuncio de que no habrá más
leyes educativas.
En la misma línea se encuentran las “Asociaciones de
Padres”, aunque, por ahora, no es necesario que haya más
leyes educativas, porque “el sistema educativo necesita
calma para poner en marcha la LOE”.
Por otro lado en la CONCAPA (Confederación Católica de
Padres), su presidente se muestra mucho más duro. Entiende
que el Presidente del Gobierno “se inventa la realidad, ya
que dice: estamos mejor, pero según el Informe Pisa, vamos
cada vez peor”. También recuerdan al Jefe del Ejecutivo que
tenga “la humildad de reconocer que se ha rebajado el nivel
educativo de España con medidas como la de poder pasar de
curso con cuatro suspensos en el Bachillerato o con la
imposición de la asignatura de la Educación para la
Ciudadanía”.
Para el Profesor García Garrido, “lo preocupante no son los
malos resultados. Lo que debería preocuparnos es la falta de
unidad que se asienta en nuestro sistema educativo, hasta
hace poco un sistema educativo unificado, por ejemplo, los
sistemas alemán, inglés, suizo… países altamente
descentralizados” “No me refiero a las notables diferencias
que se aprecian entre nuestras diez comunidades que han
participado en el programa de la OCDE. Lo grave ha sido que
este organismo, a través del Informe Pisa, ha servido para
comparar las una con las otras, pues en el mismo se habla de
‘sistema educativo vasco’, ‘sistema educativo catalán’… Si
esto sigue así, qué difícil y qué caro va a resultar mejorar
la educación de los españoles, de todos los españoles”.
Desde la aparición del Informe Pisa, todos los sistemas
educativos con malos resultados se fijan en el sistema
educativo finlandés. Todo ello se resume en que sus índices
de fracaso escolar apenas llegan al 5% de sus alumnos,
frente al 30% que sufre España.
Pero, ¿dónde está la clave del éxito? ¿Por qué, a diferencia
de otros países, se mantiene sin altibajos? Como principio,
y, aunque los estudios revelan que la calidad educativa no
está necesariamente relacionada con la riqueza de un país,
Finlandia dedica más del 6% del Producto Interior Bruto
(PIB) a este fin, según datos de la Oficina Estadística de
la Unión Europea, mientras España sólo el 4,7%.
Sin embargo, la clave del éxito, el factor más determinante
para que el sistema educativo finlandés sea reconocido como
el mejor del mundo, reside en su profesorado. Los docentes
son la piedra angular del sistema, gozan de un gran
prestigio social, su autoridad es reconocida y respetada en
los centros y su formación es objetivo primordial y consta
en el Ministerio de Educación del país nórdico.
A diferencia del resto de los países de la OCDE, la
selección y formación de los profesores de Primaria y
Secundaria es muy exigente y los candidatos a acceder a la
licenciatura en magisterio deben superar distintas pruebas.
La carga lectiva es cinco veces mayor que la de España.
Además, en Finlandia, los profesores trabajan en estrecha
comunicación diaria con las familias. La escuela básica
comienza a los siete años y finaliza a los diecisiete. Es
obligatoria y gratuita para todos, lo mismo que los libros y
el material escolar.
Nuestro sistema ofrece graves deficiencias en muchos
aspectos esenciales, incluido el carácter heterogéneo de las
enseñanzas básicas en las diferentes comunidades autónomas
–ya señalado por el profesor García Garrido-. No obstante,
todos los esfuerzos del actual Gobierno es mantener el
sistema inamovible y concentrarse en imponer una asignatura
de EpC que crea discordias en muchos Colegios y que poco
puede aportar para mejorar el nivel de los alumnos.
Que reflexionen el Presidente y su ministra de Educación de
forma seria, sobre las graves consecuencias de una
legislatura también perdida en materia educativa.
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