Es el verdadero comienzo de las
fiestas navideñas. Es un poco el preámbulo de lo que van a
ser días de fe, de amor y, a veces, de derroches
innecesarios.
El día de la lotería es el día de la esperanza y, tras
comprobar que no ha tocado nada, el día de la resignación, y
del otra vez será.
Y además se nota algo especial en el ambiente de este
solsticio de invierno. Unos preparativos especiales en la
sala donde se celebran los sorteos, un ir y venir a otro
ritmo, por parte de quienes confían en que algo les puede
caer, y un madrugón más grande que en los días precedentes.
Las emisoras de radio y las televisiones se oyen o se ven,
ese día, desde más temprano que los demás y, muy pronto, el
soniquete de los niños y niñas de San Ildefonso se confunde
en el ambiente con otros ruidos normales de cada día.
Serán varias horas de cantar números, serán muchos premios
de 1000 euros que, al menos, nos ayudan a no sufrir una
decepción total, si es que hemos jugado algo, pero lo que
interesa es que coincida tu número con ese que acaba de
salir del 5º premio, del 4º y mejor si es del 2º o del 1º.
Esto ya es pedir mucho, pero podría ocurrir que llegara el
milagro, por aquello de que estamos cerca de nuestro propio
Belén.
Al cabo de las cinco horas, al cántico de los chiquillos de
San Ildefonso va a seguir la frase hecha, desde tiempo
inmemorial de :”Lo importante es que haya salud”.
Está claro que quien ha pronunciado esta frase no se ha
hecho rico en las pocas horas del sorteo, y lo único que le
queda es mirar hacia la pantalla del televisor, para ver
como festejan otros ese premio que les ha caído en suerte.
No hay mucho más que decir, bueno sí que se presta atención
a los lugares donde vendieron esos números de la suerte ,
por si acaso en una excursión del inserso, o en las
vacaciones anuales con toda la familia, se pasa cerca de esa
administración y se intenta buscar la suerte.
Y otro repaso a los números y al lugar donde se vendieron,
nos indica que Sort sigue siendo la “Dª Manolita de los años
50”, que Valencia siempre “pilla” algo, que Barcelona, antes
con la pela y ahora con el euro también ha vuelto a sacar
tajada, mientras que a Ávila le queda la esperanza de
acercarse a rezar a Santa Teresa, a Cáceres le queda la duda
de si sus números entran en el bombo, a Ciudad Real otro
tanto y a San Sebastián ¿Para qué crearse problemas con
dinero nuevo?.Mejor estar como estábamos.
La señora Tomasa, que tenía puestos los ojos en un bolso de
boutique lo deja para otro año y se arreglará con uno que
compró en el mercadillo en Béjar, y la buena de la tía Petra
seguirá las recomendaciones del Gobierno para la cena de la
Noche Buena, nada de carne cara, este año compraremos
conejo.
Al final, mira por donde, el sorteo hasta se puede aliar con
las recomendaciones de los políticos, y si ya, desde hace
tiempo, los sorteos están mal vistos, por parte de aquellos
que nunca han logrado un premio, si esos sorteos se hacen
cómplices de la política terminarán por ser despreciados por
todos.
Lo bueno que tiene el día de la lotería, para aquellos que
no obtuvieron premio, es que hay por delante muchos días de
vacaciones, porque si ese sorteo fuera el día siete de
enero, la cuesta se iba a hacer todavía más pesada.
Felicidades.
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