El delegado del Gobierno en Ceuta dio ayer marcha atrás y
después de ofrecerse el lunes a retirar sus palabras del
domingo en este periódico volvió sobre sus pasos, molesto
por la actitud del presidente de la Ciudad: “El señor Vivas
está lanzando un órdagos en unos términos que ponen las
cosas muy difíciles”, lamentó ayer Arreciado, quien atribuyó
la reacción del presidente del Ejecutivo autonómico a la
influencia que sobre él ejercen “los sectores más radicales
y más próximos a Vivas”. “Si quiere minimizar las relaciones
entre ambas instituciones está en su derecho de hacerlo,
aunque será malo para todos”, advirtió el delegado.
El delegado del Gobierno, Jenaro García Arreciado, volvió
ayer sobre sus pasos y si el lunes se ofreció en
declaraciones a este periódico a “retirar” sus palabras del
domingo “si alguien se hubiera ofendido por ellas”
veinticuatro horas después decidió “enfrentarse” al “órdago
político” que a su juicio le ha planteado el presidente de
la Ciudad, Juan Vivas, al exigirle una rectificación pública
y amenazarle con escribirle una carta a Rodríguez Zapatero
denunciando los términos de la entrevista que el domingo
concedió a este periódico, en la que decía tener la
impresión de vivir en una ciudad que funciona “obedeciendo a
leyes distintas a las del resto de España”. “El señor Vivas
está lanzando un órdago en unos términos que ponen las cosas
muy difíciles”, lamentó ayer Arreciado, quien consideró “un
poco infantil” la intención de Juan Vivas de escribir a
Zapatero “para darle las quejas”. “Estaré encantando”, se
ofreció el onubense, “de explicarle al presidente una vez
más qué ha pasado y qué suele pasar en Ceuta, donde he
escuchado a miembros del Gobierno de Juan Vivas y del PP
decir cosas mucho peores de las que yo he podido decir”.
En esa línea, Arreciado recordó que sus respuestas a las
declaraciones contra el Gobierno socialista “siempre se han
mantenido en los argumentos políticos”. “Lo de Juan Vivas ha
sido una respuesta desmedida e histriónica por exagerada”,
lamentó el delegado, quien reconoció que el presidente de la
Ciudad “me podría haber planteado discrepancias serias y
profundas con mis declaraciones, pero no un órdago como el
que ha lanzado”.
“Es un paso más en el discurso del victimismo que goza de
cierto predicamento en determinados sectores de la sociedad
ceutí, pero del que yo no participo”, continuó Arreciado,
quien apuntó a motivos “electorales” y a los sectores “más
radicales y más próximos al presidente Vivas” como los
responsables e instigadores principales de la respuesta de
la Ciudad, que el domingo aseguró que reduciría sus tratos
con la Delegación al ámbito estrictamente institucional.
“Si desea minimizar las relaciones con la Delegación del
Gobierno está en su derecho de hacerlo”, argumentó
Arreciado, “pero debe saber que esa actitud es mala para la
Ciudad, mala para el Gobierno central, mala para él y mala
para mí”. “Lo hemos dicho tanto él como yo muchas veces,
pero si opta por ese camino me esforzaré por buscar otras
vías de colaboración que permitan desarrollar en los marcos
de colaboración adecuados los muchos proyectos que la
Administración General del Estado tiene para Ceuta”,
continúo el político onubense.
“Yo hace muchos años que dejé el colegio y esto de las riñas
me hace poca mella”, concluyó el delegado del Gobierno,
quien criticó al PP ceutí por “responder siempre y a
cualquier cosa envuelto en la bandera del españolismo”.
“Confunden el culo con las témporas”, lamentó el socialista,
quien advirtió al presidente ceutí de que él no está en
Ceuta “para llevar el palio [el dosel colocado sobre varias
varas largas bajo el cual se lleva procesionalmente el
Santísimo Sacramento, o una imagen y que a veces usan
algunos jefes de Estado, el Papa...] del señor Vivas”. “Ahí
no me van a encontrar”, aseguró.
Vivas tachó el domingo de “lamentables” unas declaraciones
del delegado del Gobierno, que en una entrevista concedida a
este periódico aseguró tener la impresión de vivir “en una
ciudad que funciona obedeciendo a leyes distintas a las del
resto de España” destacando la escasa repulsa social
generada por “los casos de altos cargos que han pasado por
el banquillo de los acusados imputados de las cosas más
tremendas”. “En Ceuta esa sensibilidad de lo que vale la
honestidad, la honradez, la dedicación al trabajo, la no
prevaricación, el no abuso de la fuerza, el trato
igualitario a todos... Son valores que aquí, naturalmente,
existen en una parte importante de la sociedad ceutí, pero
en su conjunto no son valorados a la hora de elegir una
opción política en las urnas”, dijo el delegado del
Gobierno.
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Ofrecimiento de disculpas de ida y vuelta
García Arreciado se encontró la
polémica desatada por la entrevista que concedió a EL PUEBLO
el pasado domingo al otro lado del Estrecho, adonde se fue
el viernes pasado para celebrar la Navidad con su familia.
El domingo, tras la comparecencia del presidente Vivas
exigiéndole disculpas el delegado, sin conocer aún
literalmente el tono y las palabras de Vivas, Arreciado
prefirió no hacer declaraciones y se remitió a una
valoración de la polémica que haría, en todo caso, después
de Navidad. Anteayer, sin embargo, el delegado sí accedió a
comentar su disponibilidad a “retirar” la respuesta de la
polémica “si alguien se ha podido sentir ofendido por ella”,
aunque dejando claro que la de molestar no había sido su
intención y que él había escuchado frases mucho más subidas
de tono desde el Palacio autonómico y el PP hacia el
Gobierno que él representa en Ceuta. Dijo, además, que había
telefoneado sin éxito a Vivas y que le había transmitido lo
mismo en un mensaje de voz. Ayer, tras más de 24 horas sin
respuesta o comunicación alguna desde la Ciudad, Arreciado
entendió que Vivas no quería disculpas sino “plantearme un
órdago inaceptable”.
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