Mientras el gran drenaje del Alfonso Murube permitía que se
pudiera disputar el A.D. Ceuta-Granada, las goteras en el
complejo deportivo Díaz-Flor impedían la celebración del
encuentro de balonmano entre la U.A. Ceutí y el EBIDEM
Melilla. El club blanquinegro hizo todo lo posible para
jugar el choque, pero un charco en la pista hubiera puesto
en peligro la integridad física de los jugadores, según
explicó a este medio Guillermo Vivas. El responsable de la
sección de balonmano del Ceutí fue tajante al afirmar que
“he sentido vergüenza ajena, porque no es lógico que un
partido no se juegue en un recinto cerrado por mucha agua
que haya caído sobre la ciudad”.
Vivas explicó que intentaron cambiar de escenario y celebrar
el partido en el Antonio Campoamor, pero no fue posible y la
pareja andaluza formada por Elhomrani y Escobedo Fernández
decidió el aplazamiento de este partido correspondiente a la
última jornada de la primera vuelta del grupo ‘D’ de la
Primera Estatal Masculina.
Perjuicio económico
El Comité de Competición de la R.F.E.BM. abrirá un
expediente para conocer lo sucedido e instará a ambos clubes
a que se pongan de acuerdo para fijar una nueva fecha; si no
existe acuerdo la Federación Española de Balonmano será la
que decida el día y la hora del encuentro entre caballas y
melillenses. El aplazamiento motivado por las goteras en el
Díaz-Flor acarreará un perjuicio económico para la entidad
unionista que deberá correr con los gastos de desplazamiento
del EBIDEM Melilla a nuestra ciudad así como de la pareja
arbitral. Guillermo Vivas calculó ayer que entorno a 3.000
euros supone el desplazamiento y estancia del rival y los
árbitros en Ceuta porque si es día laborable el encuentro se
disputaría por la noche.
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