El Ceuta vio como el Granada se llevaba un punto del Alfonso
Murube en el último partido del año 2007 en un choque
marcado por la persistente lluvia que obligó a ambos equipos
a dejar de lado el juego vistoso al que acostumbran.
Aún así el conjunto caballa intentó ser fiel a su estilo
desde el comienzo, para ver como a los dos minutos de Sandro
empujaba a las mallas un balón repelido por Félix Campo tras
una falta lateral botada por un Berruezo que intentó
sorprender al portero.
Cinco minutos después llegaría el segundo, de nuevo obra del
central brasileño, al rematar a la red un certero envío de
Berruezo a balón parado. Una ventaja que incluso pudo
haberse incrementado antes, al encarar Fran Amado a Félix
Campo y estrellar el balón en el cancerbero granadino.
En pleno chaparrón de juego por parte de los locales, y
superados los diez minutos de encuentro, Tato se fue de todo
el que le salió a su paso para, al ganar la línea de fondo,
poner un pase de la muerte a Fran Amado que sobre la línea
de gol remató fuera de forma inexplicable en lo que pudo ser
el tercero.
Mientras los ceutíes jugaban a placer, el Granada lo
intentaba a base de colgar balones que no encontraban
rematador. Ante esta tesitura el primer remate entre los
tres palos de los visitantes, nació de la cabeza de Vicente
a pase de Jorge García. A partir de ahí, y poco a poco, los
rojiblancos se fueron haciendo con el control rondando la
puerta de Lledó cada vez con más peligro. En esas Gorka
Pintado malogró un saque de esquina al rematar directamente
fuera en el primer palo.
Pasado el ecuador de la primera mitad los blancos dieron
muestra de querer sacudirse la presión al disparar Santacruz
desde fuera del área, obligando a Félix Campo a blocar en
dos tiempos.
Una acción que precedió el primer tanto del Granada ya que,
camino de la media hora, Ocaña ´pescó´ un balón entrelíneas
para batir a Lledó de disparo cruzado.
Tras el gol los granadinos se fueron con más ahínco a por el
empate, generando varias ocasiones en las botas del propio
Ocaña y de Suárez. Incluso a falta de dos minutos para el
final de la primera mitad lo lograron, pero fue anulado por
el colegiado extremeño López Acera a instancias de su
asistente por mano de Pinto.
Más agua, menos fútbol
La segunda parte arrancó con un Ceuta dispuesto a marcar el
tercero y asegurar el triunfo. Un gol que Tato tuvo en sus
botas al recoger un pase entrelíneas de Javi Navarro pero
ante la salida de Félix Campo mandó el esférico por encima
del larguero.
A pesar del magnífico drenaje del Murube el agua se fue
acumulando y, a medida que iban pasando los minutos,
dificultando el juego. Fruto de ello surgió una falta de
entendimiento en la zaga local, aprovechada por Vicente para
plantarse ante Lledó y ver como lo que podía haber sido una
magnífica posibilidad se quedó en un charco.
A medida que iba transcurriendo el tiempo las ocasiones se
iban reduciendo para ambos equipos que se limitaban a
despejar el peligro de sus áreas a base de balonazos que,
por como estaba el terreno de juego, podían dar lugar a
jugadas de peligro. Con esa dinámica Tato recogió dentro del
área un balón suelto, pero lo estrelló en la valla
publicitaria.
El duelo entró en una dinámica de brega y lucha donde
parecía difícil que se fuera a mover el marcador, pero en
esas apareció un Gorka Pintado que demostró atesorar calidad
de categoría superior. El ariete guipuzcoano, pichichi de la
categoría con diez goles, bajó un balón y, tras descartar
rematar con la izquierda por la salida de Lledó, revolverse
y, con la cabeza alta, alojar el esférico en la misma
escuadra, en lo que fue un gol de bandera.
Después de materializar el segundo los granadinos mostraron
cierta intención de querer ir a por el partido, pero sin
generar ocasiones. Todavía quedaba por delante más de un
cuarto de hora -sin contar con el descuento- pero tal como
se había puesto el encuentro parecía un milagro que
cualquiera de los dos volviera a marcar, a no ser
aprovechando algún error del rival.
Tan sólo Sandro remató por encima del larguero una falta
lejana sacada por Santacruz, mientras Morales intentó
sorprender a Lledó desde treinta metros.
Con esa dinámica el partido fue muriendo hasta llegar al
descuento en el que los ceutíes gozaron de la última acción
al rematar Javi Navarro, desde fuera del área, un balón que
fue repelido a córner por Félix Campo.
Un punto para terminar un Ceuta que vio como a los siete
minutos iba ganando por dos goles de diferencia y que al
final se tuvo que conformar con el empate bajo un aguacero
que ahogó lo que se esperaba fuera una buena tarde de
fútbol.
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Prometía ser un gran espectáculo y se quedó en un partido
físico
La visita del Granada CF al
Alfonso Murube se esperaba como un gran espectáculo
futbolístico, al estar ambos conjuntos hechos para desplegar
un juego vistoso. Pero, a medida que fue transcurriendo la
tarde y el agua cayendo de forma constante sobre el césped
del recinto caballa, el duelo se fue convirtiendo en un
duelo más físico que brillante. Incluso el magnífico drenaje
del municipal evitó que la cita se tuviera que suspender
como en el descanso se comentó en la grada. De hecho, en la
segunda parte, el tapete aguantó todo lo bien que se
esperaba el aguacero que creó varios charcos en los que el
balón apenas podía rodar.
Ya en la recta final del encuentro, con el empate en el
marcador, las ocasiones para ambos conjuntos brillaron por
su ausencia hasta el punto de que ninguno de los equipos fue
capaz de rematar entre los tres palos en el último cuarto de
hora.
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