ACTUALIDAD - DOMINGO, 23 DE DICIEMBRE DE 2007

CEUTA
Alicia Urbano
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El servicio de autobús, que cubre el trayecto desde el centro de la ciudad a la barriada Príncipe Alfonso, se restableció en la mañana de ayer, llegando hasta la rotonda del puente del Quemadero. “Mientras la situación permanezca normal y apacible seguiremos con la línea activa, pero en el momento en el que las cosas se compliquen volveremos a cortar el transporte”, recalcó el gerente de la empresa Hadú-Almadraba, José María Cuéllar.

En los últimos tres días, los vehículos públicos han sufrido dos agresiones; una el pasado jueves y otra el viernes. Situación que preocupa a la sociedad ceutí y a la propia Ciudad. Por ello, el consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez, se reunió ayer con el gerente de la empresa para manifestarle su apoyo, aunque tal y como marca el protocolo establecido, la actuación corresponde a la Policía Nacional. La intervención del cuerpo de seguridad local se producirá en el momento en el que los nacionales lo requieran.

“A pesar de que son actos puntuales, existe un grupo de vándalos sin consideración que provocan malestar en este servicio social indispensable y necesario”, se lamentó Rodríguez, quien se encuentra a la expectativa sobre agresiones futuras.

La directiva de Hadú-Almadraba ha decidido que tan sólo se llegará hasta la mezquita de los Rosales, en caso de nuevos ataques. El empleado y delegado sindical de CC.OO. en la compañía, José Molina, se pronunció en nombre de los trabajadores diciendo que “es vergonzosa la situación; la empresa va a gastar más dinero en cristales que en ruedas -las lunas delanteras tienen un precio estimado de 1.500 euros-, por no hablar de la seguridad, tanto de conductores como pasajeros”.
 

Los vecinos del Príncipe recuerdan que “nosotros no somos policías”

El presidente de la Asociación de Vecinos del Príncipe Alfonso, Laarbi Mohamed, salió ayer al paso de las insinuaciones que según dijo ha vertido uno de los delegados sindicales de CCOO en la empresa Hadu-Almadraba sobre la entidad vecinal. “Nosotros no somos policías, pero sí los primeros que sufrimos tanto a los niñatos que apedrean a los autobuses, cuya actitud condenamos radicalmente, como a los conductores que, con su comportamiento, no contribuyen precisamente a que se acaben las agresiones”, dijo Mohamed, quien reiteró “toda la solidaridad del vecindario” con los trabajadores “serios, honestos y abnegados que sufren cada día las infraestructuras de esta barriada, aunque cada vez con mayor colaboración por parte de los vecinos”.