Las risas que me atacaron el otro día no se trataban sobre
la propia persona del protagonista del DVD de terror, el
todavía coronel Muammar Gadafi, en su visita al país de la
piel de toro. Esas risas las ocasionaron situaciones
extravagantes y recepciones con marcadas tendencias de
terror. Cuando hablo de terror quiero decir que implico ésta
definición con terrorista, ¿es claro?
Muammar Gadafi, nacido en no se sabe qué año, en el desierto
de Sirte (Libia) pertenece a la etnia de los beduinos,
originarios de la península arábiga, del grupo familiar de
los gaddafa (del cual adoptó el apellido) de religión
islámica sunni. Como la denominación beduino significa
morador del desierto, Muammar Gaddafi hace honor a ello:
lleva el desierto consigo mismo adonde quiera que vaya.
Menos mal que la visita del presidente libio a España
resultó corta y previsible. Lo de la cena con el matrimonio
Aznar-Botella, o Botella-Aznar, ha resultado un enorme
alivio para José Luís Rodríguez Zapatero, debido a que deja
sin respuestas negativas al PP, partido que siempre propaga
su fe en la lucha contra el terrorismo y, de paso, contra el
Gobierno y Gaddafi lo es desde siempre. El terrorismo no
sólo es ETA.
La visita del coronel libio ha ocasionado un silencio a
grandes gritos en todos los medios… que no hacen “opinión”
sobre ello. ¿Por qué? Creo que el paso de este presidente
autoritario, autodidacta (aunque estudió derecho), discípulo
de Gamal Abdel Nasser y criado desde la infancia en
profundas convicciones islámicas, debería ser un pozo o una
fuente de opiniones para todos los gustos.
La cena con el ex presidente del gobierno y actual
presidente de la FAES marca todo un panorama de precaución
en el mundo pepero… cenar con un terrorista es de terror.
Cenar con el hombre que se valió del petróleo de su pueblo
para financiar grupos terroristas y contra quién el gran
amigo del propio Aznar realizó oleadas de ataques no deja un
veredicto sano.
Sin embargo, hay que reconocer que la asunción de la
presidencia de Libia a través del derrocamiento del rey
Idris I de Libia (1890-1983), (llamado Muhammad Idris al-Sanusi
y nieto del fundador de la cofradía islámica sanusí,
mediante un golpe de Estado militar propiciado por los
estudiantes a causa de la tendencia pro occidental del rey y
su política de no intervención en la lucha contra Israel),
le ha permitido llevar a su país de una manera harto
significativa. Asumió el reto de alejarse de las estructuras
políticas tradicionales. Hasta la fecha le viene dando
resultado.
A través de la publicación de “El libro Verde” reflejó su
visión particular de un Estado con la pretensión de
desmarcarlo de cualquier alineamiento de carácter
internacional y la trilogía que comprende el mencionado
libro la puso en funcionamiento inmediatamente: la solución
del problema de la democracia la depositó en el poder del
pueblo (sic). La solución al problema económico la resolvió
con el socialismo a su manera y el fundamento social de la
tercera teoría universal refleja su voluntad suprema.
Después de exigir que se retiraran las bases extranjeras de
su país y nacionalizar algunas empresas, emprendió una
política inusual en los países árabes como promover la
igualdad de las mujeres en la sociedad desafiando al Islam
tradicional. Al crear la Jamahiriya (Estado de las Masas)
pasó el poder al pueblo, aunque en realidad Gaddafi conservó
todo el poder.
Menos mal que Gaddafi se trajo a España solamente la jaima,
cuando es notorio que recorrió toda África viajando con 400
escoltas, 4 aviones, 60 coches blindados y un arsenal
entero. Y menos mal, también, que Gaddafi ha dejado de
apoyar a los movimientos revolucionarios, pero… ¿quién me
asegura que durante su estancia privada en Sevilla no
estableció contacto con ciertos dirigentes ajenos a la
política española, pero implicados en ella? Todo es posible.
Si no, que se lo pregunten a Aznar. A saber cuando dinero ha
recibido por los servicios prestados en el pasado al
presidente libio.
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