Es algo que nos ha parecido
siempre bien, si es que tal intercambio se realiza
constantemente y los que vivimos en Ceuta lo podemos
disfrutar cualquiera de los días del año.
Ser de Ceuta ni queremos que se tilde de ser un privilegio,
ni mucho menos que se nos ponga a la cola para crearnos más
dificultades que tienen los demás, que vienen por aquí “de
paso”.
Y decimos esto, al ver, en nuestra edición del martes,
firmada por Gonzalo Testa, que la Delegación autorizará el
intercambio de billetes “ en caso necesario” en Navidad.
Lo primero que habría que decir es ¿Qué es eso de en caso
necesario?. La pregunta empieza a responderse por sí sola,
cuando se dice que “ la Delegación del Gobierno en Ceuta
mantendrá activado durante los próximos días en la Ciudad
Autónoma un dispositivo similar al que habitualmente se pone
en marcha en verano con motivo de la OPE”.
Aquí ya no vamos a estar de acuerdo, por cuanto hay un
tratamiento diferente para quienes siempre vivimos en Ceuta
y para quienes esporádicamente “pasan por aquí” una o dos
veces al año.
Y debo dejar clara una cosa, no me opongo, ni me voy a
oponer jamás al intercambio de billetes para todos aquellos
que pasan por Ceuta en dirección a su casa de Marruecos,
pero lo que sí criticaré es que el intercambio se haga en
unas circunstancias, sólo, y no mirando, en primer lugar,
los intereses ceutíes.
No queremos, repito, privilegios, pero nos desagrada que
seamos de segunda o de tercera fila, los que estamos
viviendo aquí.
Y es que hay dos asuntos totalmente distintos, en el paso de
los inmigrantes marroquíes hacia sus casas, lo primero el
solucionar el trayecto para evitar las aglomeraciones o los
atascos, y lo segundo que escudándose en esas avalanchas se
trate de salir del paso en un momento, sea al precio que
sea, y que luego, cuando esas avalanchas cesan, sean los
ceutíes los que no tengan ese beneficio de poderse embarcar
en cualquiera de los barcos, con un único tipo de billete.
Y tampoco estamos tratando de abaratar el coste de los
billetes, porque hay los que hay, lo único que abordamos es
que haya igualdad en las formas operativas.
En los momentos de tanta avalancha, lo mismo la APBA que
Ceuta activan sus correspondientes dispositivos para evitar
los atascos y las molestias que ocasionan a todos; eso nos
parece bien, incluso no nos parece mal que el marroquí que
viene desde París, desde Bruselas o desde donde venga, con
el billete que compra y paga en taquilla, pueda embarcarse
en el primer barco que salga y haya plaza.
Hasta aquí, nada que objetar, se da un servicio, se atiende
bien al transeunte y santas pascuas. Lo malo, al hacer
comparaciones, es que cualquier Pepito Pérez, un día de los
que no hay esa avalancha, llegue al puerto de Algeciras,
tras recorrer más de mil kilómetros desde Huesca, por
ejemplo, y se encuentre con que su barco de
Trasmediterránea, Buque Bus, Balearia o Euroferrys ha salido
ya hace veinte minutos y no puede embarcarse en el barco que
zarpe media hora después, porque él tenía billete de otra
naviera.
Al llegar a este punto más del 90% de los que me están
leyendo coinciden conmigo en el planteamiento, lo malo es
que en el 10% restante están los que tienen las llaves para
hacer viable o no ese intento que planteamos.
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