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ACTUALIDAD - SÁBADO, 22 DE DICIEMBRE DE 2007


Un matarife trabaja con unapieza .e.p.

LA FESTIVIDAD DEL SACRIFICIO
 

30.000 musulmanes ceutíes
celebran su día más grande sacrificando 5.000 corderos

Las carpas de las distintas barriadas y
el Matadero tuvieron una actividad frenética desde las nueve de la mañana, que fue cesando a partir de la una y media
 

CEUTA
Rober Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

Se trata, sin duda, de la mayor celebración del calendario lunar musulmán, que conmemora aquello que relata, curiosamente, tanto el Corán como el Antiguo Testamento: el profeta Ibrahim –Abraham para el Cristianismo y el Judaísmo– debía sacrificar a su hijo Ismael –que según la Biblia era Isaac– para mostrar su total sumisión a Dios, como la divinidad le había ordenado; pero en el momento de realizar su gesto, Dios paró su mano y le ordenó ejecutar en su lugar a un cordero.

La Festividad había traído a Ceuta más de 5.000 corderos, de los que si hoy quedan algunos se les puede señalar con el dedo por la calle por ser supervivientes.

Los sacrificios comenzaron al concluir el rezo de la mañana. Unos musulmanes lo hicieron en sus casas –no es lo más indicado por motivos higiénico-sanitarios–, otros en alguna de las nueve carpas habilitadas por la Ciudad y otros acudieron al único lugar que trabaja sin novedad en la Fiesta del Sacrificio: el Matadero Municipal.

Las Consejerías del Gobierno de Ceuta a las que atañe esta Festividad, Medio Ambiente y Servicios Urbanos y Sanidad y Consumo, trabajaron conjuntamente para la limpieza previa y posterior y la instalación de las carpas y los grifos para evitar que las calles se convirtieran en ríos de sangre.

Las carpas comenzaron pronto a notar una actividad frenética en esta fiesta que resulta ciertamente sangrienta para un no musulmán. De hecho, los niños correteaban entre los despojos mientras los periodistas avanzábamos con paso trémulo.

El cordero, claro está, lo vive desde otro ángulo. Interrumpe una vida de tranquilidad y ricos pastos en montañas a salvo de depredadores para convertirse en un rito.

Asustados esperaban su turno, pero no tenían mucho tiempo para lamentarse desde que llegaban a la carpa y su cabeza se sitúaba mirando a La Meca y se veía sorprendido por el cuchillo que lo degollaba rápidamente si el matarife era eficaz, como así debe ser.

A cada cuchillada, la sangre –llama la atención su color tan claro– se extendía lentamente por los dibujos de las baldosas de la calle, mientras el animal expiraba durante unos segundos. Si se piensa bien, tampoco difiere tanto de lo que pasa anteriormente a poder coger unas chuletillas envasadas al vacío en la zona frigorífica de un supermercado.

No obstante, degollar un cordero en plena calle no deja de ser impactante para alguien ajeno a la tradición, pero también mi cuñado holandés nos llamó bárbaros la primera vez que entró a un bar español y vio decenas de patas de jamón colgadas del techo. Suponemos que depende, pues, de la idiosincrasia de cada colectividad.

La matanza se acompañó, por su puesto, del consumo de copiosos asados. La fiesta dura dos días enteros.

El referente mundial de esta Festividad está en La Meca, donde dos millones y medio de peregrinos –entre ellos los 160 ceutíes– viven también su día del cordero. Hace ya años que el Gobierno saudí prohibió la matanza libre de borregos, para evitar problemas sanitarios, por lo que el sacrificio se hace comprando unos bonos al Estado para que sus matarifes hagan el trabajo. Y es que la tradición se ajusta a los nuevos asépticos tiempos.
 


Tan sólo 2.000 borregos, poco más del 30% de los sacrificados, lo fueron en las carpas habilitadas

La Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos cifró ayer en 2.000 los corderos sacrificados en las carpas habilitadas por la Ciudad Autónoma. En total fueron sacrificados cerca de 6.000 animales, por lo que los borregos matados en las carpas son algo más de un 30 por ciento del total, lo que supone un descenso sensible respecto al pasado año. Así, en la Festividad del Sacrificio del año 2006, los 30.000 musulmanes que viven en Ceuta sacrificaron una cifra de animales similar a la de ayer, cerca de 6.000, pero las cifras de asistencia a las carpas de asistencia fue casi del doble.

Las consejerías de Sanidad y Medio Ambiente expresaron ayer su satisfacción por el normal desarrollo de la Fiesta del Sacrificio. Las nueve carpas habilitadas por la Ciudad Autónoma en las barriadas de población mayoritariamente musulmana trabajaron siguiendo el protocolo establecido sin que se produjese ningún tipo de incidente. Los servicios de limpieza trabajaron a destajo para no dejar rastro de los despojos.
 


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