Y será una más a las “varias
derrotas electorales sufridas” por el PSPC, que ha
reconocido su propio SECRETARIO DE POLÍTICA AUTONÓMICA, Juan
Luis Aróstegui.
Si la política fuera, siquiera, tan seria como el circo, a
mí me daría pena por aquellos, si es que los hay, que
tuvieran una mínima confianza en Juan Luis Aróstegui.
Lo que ocurre es que las “bromas” de la política no hacen
reír a los niños y, a veces, encabritan a los que ya no lo
son.
Porque, no me dirán, si son sensatos, que no es cosa para
reír – llorar – encabritarse – patalear y todos los
infinitivos que se le quiera echar, cuando dicen desde el
PSPC que hay que “consolidar los valores de la izquierda y
el localismo”.
Con dos dedos de sensatez nadie, desde ese partido, hablaría
de izquierdas y de localistas, porque si fueran de
izquierdas no estarían a diario, con sus presentaciones, de
las que nada sacan, poniendo la zancadilla al PSOE ( que
bastante tiene ya), para quitarle algunos de los pocos votos
que ahora recibe en Ceuta y en cuanto a localistas, se
podrán auto proclamar como quieran, pero Ceuta lo tiene
claro, no quiere ver a su líder ni en pintura, porque
bastante daño ha hecho ya la pocas veces que tuvo un cargo
de responsabilidad en el Ayuntamiento (cuando él estuvo no
era, todavía, Ciudad Autónoma, ¡¡Ya ha llovido!!).
Ahora bien, y a cada uno hay que valorarle en sus hechos, lo
que no me puede negar nadie es que moral, yo diría
desfachatez, tienen para dar y tomar, porque presentarse a
unas elecciones generales, aunque sea sólo al Senado, cuando
no tienen ni un solo miembro en la Ciudad Autónoma, porque
no les votó ni la familia, implica que la osadía es grande
en ese partido, o, mejor dicho, en sus dirigentes.
Posiblemente, esa comparecencia para el Senado, no para el
Congreso, sea para hacerse un poco de publicidad en esos
días, si es que algún medio de comunicación tiene a bien, o
a mal, diría yo, recoger alguna de las intervenciones del
señor Aróstegui, que como el oráculo de Delfos hablará de
todo, no concretará nada y, al final, otra vez, descalabro.
Dicen que han decidido mantener su actividad política, pese
a las últimas derrotas electorales. Yo, a estas alturas, ya
no hablaría de las últimas, sino de las penúltimas derrotas,
porque la que se avecina va a ser algo así como intentar el
“más difícil todavía”.
Y ahora vamos a tener la cantinela permanente, tratando de
“zurrar” al presidente de la Ciudad Autónoma con el asunto
de la Manzana del Revellín.
Sobre este asunto no he entrado, porque hay muchas cosas de
ahí que yo desconozco, todavía, pero por muchos errores que
cometan Juan Vivas y los demás miembros del Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Ceuta, serían un juego de niños
comparándolos con los gravísimos errores de Aróstegui en su
etapa, con responsabilidades políticas, en el Ayuntamiento.
Y además de reírse, puede uno, incluso, reírse tres veces
más al oír al propio Juan Luis Aróstegui que “ahora más que
nunca somos necesarios”. No sé para qué, algún día nos lo
tendrá que explicar.
Y he tenido cuidado de no citar para nada a Iván Chaves,
aunque también se está equivocando mucho, pero hay veces que
a uno le traiciona el corazón y a mí me ha traicionado al
recordar a mi amigo, José Luis Chaves, que ya no está entre
nosotros.
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