Antonio Fuentes León vence mis reticencias pronto. Pensaba
que sería otro melómanoide desconectado que sentenciaría que
el mejor rock y pop se hizo en los años 60 y que después de
los Beatles, Rolling, Who o Hendrix se produjo un
apocalipsis musical; pero no es así. Antonio es propiamente
un melómano: entiende que en todas las décadas hay genios,
independientemente de lo lejos que a uno le puedan quedar
sus días de juventud.
No obstante, Antonio viene a hablar de los 60, que le
pillaron como un adolescente que frecuentaba las tiendas de
vinilos y asistía a los conciertos de los grupos caballas
que protagonizaban la asimilación del rock y el pop
anglosajón. De hecho, ha escrito el primer libro que deja
constancia de aquellos grupos con gafas de pasta a lo Buddy
Holly, uniformados con trajes y corbatas negras al estilo
Animals y con opacos flequillos como los primeros Beatles.
El libro se titula Notas para la historia del rock en Ceuta.
Años 60, que se presenta esta tarde, a partir de las ocho,
en la Sala de Prensa del Palacio de la Asamblea, a donde
está previsto que acuda Juan Jesús Vivas, presidente del
Gobierno autonómico, y Mabel Deu, consejera de Educación y
Cultura, pues, de hecho, el libro ha sido publicado por el
Archivo Central de la Ciudad Autónoma, como una acción para
recuperar un trozo de la historia musical de Ceuta.
“Este libro es un modesto homenaje a todos aquellos jóvenes
que con ilusión hicieron posible que, a través de la música,
pudiéramos sentirnos libres”, ha escrito en la contraportada
Antonio Fuentes, quien ahora vive en Barcelona trabajando en
una multinacional del papel y afirma que le “sigue gustando
la música con locura y continuo comprando muchos discos,
sólo que ahora ya no son vinilos, sino cd’s”. Allá por los
60, “era muy difícil comprar discos en Ceuta y había que
encargárselo a alguien”, recuerda.
“¿Qué cómo me dio por sacar este libro? Primero por afición
y segundo por dejar documentada una parte de la historia de
Ceuta que hasta ahora no lo estaba”, explica el autor, quien
espera “abrir una puerta para que se pueda escribir década a
década lo que fue la historia musical de esta ciudad”,
añade. Así, él tiene ya pensada una continuación a este
primer volumen, que versaría sobre “los supervivientes de
los años 60 en la década de los 70”.
“Aquí en los 60 pasó lo mismo que en cualquier ciudad de
España y prácticamente en todo el mundo”, advierte, “tras el
nacimiento del rock en los 50 y la explosión británica de la
siguiente década con los Beatles a la cabeza, los jóvenes de
Ceuta, igual que en cualquier otro sitio, se aficionan a la
música y hay algunos de ellos que dan un paso más allá y
fundan las primeras bandas locales”.
Para Antonio la “música rock ha sido la mayor revolución
cultural de la segunda mitad del siglo XX, porque ha
cambiado los hábitos de la juventud en todos los aspectos,
tanto en estética como en gusto como en cuestiones
sexuales”.
Los primeros grupos caballas encuentran la inspiración, como
es de suponer, en las grandes bandas del momento: The
Beatles, The Rolling Stones, The Animals, The Kinks o The
Who, “pero luego los gustos de cada uno podían variar” y así
se pone él mismo como ejemplo: “Un enamorado musical de The
Doors y su cantante-poeta Jim Morrison”.
A pesar de que “en Ceuta no había muchos sitios para tocar
por aquel momento”, el rock fue sobreviviendo por los
“típicos cabarets de la época, en las peñas taurinas los
fines de semana, algunos centros culturales que organizaban
fiestas estudiantiles o, incluso, algún que otro centro
parroquial como el de Villajovita”, siempre “ante la atenta
mirada del párroco para que se guardaran las normas de
decoro correspondientes”.
“Las reuniones de cuatro personas estaban prohibidas”,
recuerda Antonio, por lo que el regimen franquista no vio
con buenos ojos a la música rock, a la que consideraba,
además, “una invasión extranjera”.
“De principio pensaban que era una cosa pasajera y nadie se
podía imaginar que llegaría a lo que es hoy en día”,
manifiesta este melómano, que añade que “al regimen
franquista no le quedó más remedio que adaptarse de la mejor
manera que podían a los gustos de los jóvenes”.
El grupo que más fuerte pegó por aquel entonces en Ceuta
fue, “sin discusión”, recalca, “los Brisks, que grabaron
varios discos, desapareció en la década de los 70 y que se
volvió a reunir en la segunda mitad de los 90, estando en
activo hasta hace prácticamente tres años, ya que murió uno
de los componentes, Julio Rey, y el grupo decidió
desaparecer ya definitivamente”.
Respecto a la incidencia de las reuniones de viejas glorias
en nuestros tiempos, Antonio considera que hay de todo: “Los
hay que lo hacen única y exclusivamente por dinero, otros
por añoranza y, unos pocos, por un sentido musical”.
Antonio asegura que cuarenta años después y pese a la
lejanía, sigue al tanto de la música que se hace en Ceuta,
“porque me sigue gustando saber qué es lo que se cuece y
cada vez que vengo intento comprar o que alguien me deje los
cd’s nuevos que hayan salido autoproducidos por los grupos”.
“Tengo una buena colección de cd’s de todos los grupos de
rock de Ceuta desde la década de los 80, los 90 y lo que
llevamos de siglo XXI”, revela Antonio, para quien hoy en
día en la ciudad autónoma “es más difícil para las bandas
sacar sus discos”.
“La música hizo posible que muchos descubriéramos otro modo
de vida”, concluye Antonio Fuentes cerrando el círculo al
volver a los 60.
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“Los grupos de Ceuta tienen ahora una
gran dificultad para darse a conocer”
Antonio Fuentes lamenta las causas
que hacen que los grupos de rock que se mueven hoy en día
por Ceuta tengan “una gran dificultad para darse a conocer”.
Así, este estudioso del rock recuerda que “desde la década
de los 80, que hubo dos grupos ceutíes, Rogando Moganbo y
Ángel y los Vecinos del Quinto, que se escucharon a nivel
nacional en Radio 3, apenas ha salido nadie, a excepción,
tal vez, de un grupo de heavy metal llamado Sheilan que
están consiguiendo sacar discos”. Antonio afirma que no sabe
las causas de por qué las bandas tienen tanta dificultad
para salir fuera y darse a conocer. Este melómano agradece,
no obstante, el empeño de estos grupos, como agradece “a
todos aquellos pioneros” por descubrirle otra forma de vida.
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