El Partido Popular y UDCE-IU aprobaron ayer con sus votos
los Presupuestos de la Ciudad para el año próximo, que en
términos consolidados (empresas y organismos dependientes
incluidos) ascenderán a 290,4 millones de euros. La
comunidad de intereses de ambos partidos deslució el debate
en la Sesión Plenaria, donde la portavoz socialista se
convirtió en el blanco de los ataques de los dos grupos
mayoritarios al cuestionar a ambos por su pacto.
“Nuestro apoyo no es un cheque en blanco. Fiscalizaremos que
se cumplan los acuerdos que hemos alcanzado y siempre nos
tendrán aquí para colaborar, pero si hay algo que denunciar
seguiremos haciéndolo”. Ese fue el broche que el portavoz de
UDCE-IU en la Asamblea, Mohamed Ali, escogió ayer para
cerrar su primera intervención en la Sesión Plenaria
Extraordinaria que sirvió para aprobar, con los votos a
favor de su grupo y del PP los Presupuestos de la Ciudad
para 2008, que se elevan a 290,4 millones de euros en
términos consolidados.
Por primera vez en lo ocho años que lleva Juan Vivas
defendiendo en calidad de presidente de la Ciudad las
cuentas públicas elaboradas por su Gobierno, el Ejecutivo
del PP contó ayer con el apoyo del primer grupo de la
oposición en el Palacio autonómico, pacto que sirvió a la
portavoz socialista, Inmaculada Ramírez, para arremeter con
dureza contra unos y otros y ganarse a su vez, en sus
respectivos turnos de réplica, los reproches más agrios de
Vivas, Ali y Márquez, que la tacharon de demagoga, radical,
“progresista de boquilla” y poco preparada respectivamente.
Antes de la trifulca, el presidente ceutí abrió el debate
presupuestario para describir el proyecto presentado como un
documento “solidario, realista, responsable, abierto,
flexible, de vocación programática y participativo”.
“En estos Presupuestos”, dijo Vivas, “prima la cohesión
social y la atención a las necesidades de los colectivos más
vulnerables”. Además, entre sus mayores virtudes resaltó la
de perseguir el mantenimiento e incluso el aumento de la
inversión anual productiva de la Ciudad “pese a la pérdida
de Fondos Europeos y con el firme propósito de no aumentar
nuestro nivel de endeudamiento”, así como su fidelidad a las
propuestas incluidas en el programa electoral del PP y su
“prudencia” a la hora de contar los ingresos y los gastos
previstos para el año próximo.
“Pido el voto favorable para este documento porque está
elaborado al servicio de todos, sobre todo de los que más lo
necesitan, y porque es un instrumento necesario para que
Ceuta siga avanzando”, concluyó el presidente su exposición
inicial, tras la que tomó la palabra Ramírez, que se enfundó
el traje de “única oposición verdadera” del Pleno a la hora
de tomar la palabra.
“La información presupuestaria facilitada por el Gobierno de
lo que se prevé que sean sus ingresos y gastos para 2008,
es, con diferencia, la más pobre de cuantas ha aportado en
los últimos ejercios”, se arrancó la catedrática desde su
escaño después de que ningún portavoz defendiese su derecho
a hablar desde la tribuna de oradores. “Da la sensación de
que existe un propósito intencionado de ocultar la realidad
presupuestaria”, prosiguió la socialista, que acusó al
Ejecutivo de haber trabajado “poco y mal” el proyecto y de
tener más interés “en diseñar estrategias electorales” que
en otra cosa.
Ramírez atacó sin desmayo durante varios minutos a tirios y
troyanos entre las risas del Grupo Parlamentario Popular con
la Manzana del Revellín, con la dependencia de la Ciudad de
las transferencias del Estado, con Urbaser, con el estado de
las barriadas, con las retribuciones del personal eventual y
los altos cargos, con el despilfarro... A su vez, a sus
colegas de UDCE-IU los tachó de “incautos” y les advirtió de
que “quien apoya este texto da su visto bueno también a
todas las barbaridades que contiene”.
“Demagoga y radical”
Tanto cargó la mano la portavoz sobre las formas y el fondo
del Presupuesto que, cuando recuperó el uso de la palabra,
Vivas le devolvió el ataque con una virulencia desconocida.
“Su demagogia y su radicalidad”, contratacó, “es
directamente proporcional a su falta de interés por los
Presupuestos; ha venido aquí a devaluar mi imagen con la
Manzana del Revellín, Simarro y el pelotazo y no se lo voy a
permitir”, prosiguió, “porque los ceutíes no se merecen una
oposición como usted que ha tenido un mes para estudiar y
alegar a las cuentas y no ha hecho nada”. Pero no se quedó
ahí. A continuación la acusó de irresponsable y de
contradecirse sistemáticamente, así como de erigirse en
representante del Gobierno central sin serlo.
“¡Míreme!”, le exigió llegado el momento: “Este no es un
debate entre la Ciudad y el Estado porque usted no
representa al Estado y me da miedo que usted tenga alguna
influencia en él”, concluyó antes de lamentar que “usted
sigue instalada en el mismo discurso partidista que ha
mantenido su grupo durante los últimos cuatro años, y no es
adecuado”, terminó entre los aplausos de los Populares.
Armada de papeles, Ramírez volvió a arremeter por la misma
senda en su réplica, lo que sirvió a Vivas para darle en la
otra mejilla: “Trae usted su discurso hecho y aunque yo
hubiera retirado el Presupuesto habría dicho lo mismo.
Podría haberlo enviado por carta, lo publicamos y resuelto”,
ironizó el presidente para alborozo de su Grupo justo antes
de echarle un capote a UDCE-IU.
“Yo no veo la perversión en el acuerdo, pero usted tampoco
comprende la cesión, la concesión y la generosidad en bien
del interés general”, le reprochó antes de recordar a la
diputada que “la crítica es tan necesaria como plantear
alternativas y propuestas”, consejo con el que dio por
terminada entre las alabanzas de Rabea Mohamed, que ayer
ofició como presidenta de la Cámara.
Mohamed Ali, “perplejo”
“Perplejo” por las alusiones de Ramírez, Ali se sumó al
apedreamiento de la portavoz socialista: “Su intervención
sólo pone de manifiesto que sabe leer, pero no se puede ser
progresista sólo de discurso”, le recriminó como enlace para
justificar su apoyo al PP. “Votar que no supone votar que no
a ayudar a quien no tiene para comer, a los alumnos que no
pueden comprar sus libros de texto para empezar el curso y a
quienes más nos necesitan”, advirtió el líder de la
oposición, que rechazó de plano el adjetivo de “incauto”
para un partido que, según dijo, “es el único que ha alegado
a todos los Presupuestos desde que inició su andadura
política”.
“Hay un sector obsesionado con que vayamos al Gobierno, pero
nosotros lo que tenemos es una responsabilidad con Ceuta que
ni el PSOE ni nadie va a condicionar”, se justificó antes de
“valorar la receptividad” del Gobierno tras incorporar a los
Presupuestos a propuesta suya el salario social, duplicar la
partida destinada a la adquisición de material lectivo y
garantizar la ejecución de inversiones por valor de 4,7
millones de euros en el Príncipe Alfonso.
Para el final Ali dejó su pesar por la “excesiva”
dependencia del Estado que a su juicio arrastra la Ciudad en
el plano financiero; por la necesidad de una “mayor
contención” en el capítulo de gastos de Personal; por el
desigual trabajo de Urbaser; por la urgencia de elaborar la
Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Asamblea y por la
escasa atención que se presta a su propuesta para hacer de
Ceuta y Melilla puntos de canalización de las ayudas de la
UE en el Magreb y el África Subsahariana.
No obstante, en su gran día a Vivas le parecieron bien hasta
sus críticas. “Me congratula su discurso por lo constructivo
y por pensar en los intereses de Ceuta”, le agradeció el
presidente, que rebatió sus denuncias y se comprometió a
tomar buena nota de todas sus recomendaciones pidiéndole
sólo que no intente patrimonializar la sensibilidad social.
“El encuentro era necesario y no por partidismo”, reflexionó
el presidente, “porque aunque no me guste presumir de ello
el Grupo Parlamentario Popular tiene 19 diputados, pero
queremos el voto de los demás y el consenso por el interés
general en este y en tantos otros temas como para garantizar
la suficiencia financiera de la institución, para el nuevo
Plan de Vivienda, para el abararatamiento del coste del
transporte o la extensión y ampliacion de las bonificaciones
de las cuotas a la Seguridad Social”, enumeró una lista a la
que en su intervención final Ali sumó el adecentamiento y
ordenación del Tarajal, el aprovechamiento de las Reglas de
Origen o agilizar los convenios pendientes con la
Administración General del Estado.
Antes de la votación final de las alegaciones y el
Presupuesto en conjunto el consejero de Hacienda, Francisco
Márquez, terminó de vapulear a Ramírez y, haciendo también
votos por el consenso, enumeró las “ideas fuerza” del
documento: la cohesión social, la solidaridad “como
principio programático”, la continuidad inversora, la
prudencia a la hora de calcular los ingresos y su interés
“participativo”. “Tenemos la vocación de que este sea sólo
el principio de un camino en el que podamos encontrarnos
todos con independencia de la adscripción ideológica de cada
uno”, anunció Márquez, que se confesó “sobrecogido” por el
contenido en el plano social de los Presupuestos y apuntó al
Plan de Inclusión Social como la “estrella” del documento.
En la votación final, después del incomprensible (a tenor de
sus intervenciones anteriores) voto a favor del PSOE a
algunas de las alegaciones presentadas, el Presupuesto de la
Ciudad para 2008 fue aprobado con el único voto en contra de
los socialistas.
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