He escrito, por activa y por
pasiva, y sigo insistiendo en ello que la ruina que tenemos
todos los españoles se la debemos al euro que, al cambio de
moneda, el euro por nuestra adorada ”rubia” nos hizo ser,
desde ese momento, sesenta y seis por ciento más pobres.
Debimos hacer como los ingleses mantener nuestra moneda. No
lo hicimos y estamos pagando las consecuencias de ese enorme
error.
Y por si fuera poco, la perdida de ese sesenta y seis por
ciento, como el que no quiere la cosa realizamos el
redondeo, dándole a cada euro el valor de cien de las
antiguas pesetas cuando, en realidad, con esa mentira del
redondeo lo que hacemos es perder más dinero. Un euro,
querido amigo, no son cien pesetas, son cientos sesenta y
seis pesetas. Por eso cuando pagamos un café y nos piden un
euro por él lo que, en realidad nos está costando son ciento
sesenta y seis calas.
Para comprobar la realidad del asunto, basta con preguntarle
a cualquier ama de casa que vaya a comprar al mercado.
Antes. Cuando existía nuestra adorada peseta, con ocho mil
pesetas se podía comprar lo necesario y sobraba dinero. Hoy
con cincuenta euros, que son más de ocho mil pesetas, esa
misma ama de casa, no tiene ni para empezar a comprar lo más
necesario, porque le falta dinero.
Y podríamos seguir poniendo ejemplos y más ejemplos sobre el
asunto y, con toda seguridad, ello nos llevaría a la misma
conclusión que servidor tiene del euro, que nos ha llevado a
la runa y que gracias a esa moneda, cada día somos más
pobres. Lo diga quien lo diga, es una verdad incuestionable.
Por todo ello me ha extrañado, sobre manera, las
declaraciones del ministro de Economía y Hacienda, Solbes,
una de las personas consideradas más serias en el asunto de
la economía. El ministro, Pedro Solbes, dijo con toda
seriedad, durante la Conferencia Política organizada por el
PSOE sobre Economía y Progreso de cara a perfilar su
programa electoral para las próximas elecciones que: “El
petróleo, el incremento del precio de algunos productos
básicos y…¡las propinas generosas! son los causantes del
espectacular incremento de la inflación en España en los
últimos meses, y lo que más contribuye al diferencial de
inflación con respecto a otros países de la Unión Europea”.
Es más el ministro crítica que “al pagar dos cafés la gente
deja un euro de propina”.
Con permiso y con el debido respeto, señor Solbes, ¿me
quiere usted decir quién o quiénes son los “guapos” qué
dejan un euro de propina cuando se toman un par de cafés?.
Se lo pregunto porque no conozco a ninguno. Quizás porque
ninguna de esas personas a las que conozco puedan hacer ese
dispendio al no ganar, cada mes, lo que usted o sus amigos
esos que les acompañan a tomar el café sean tan magnánimos y
dejen esos pedazos de propina.
Un euro, para un currante, es todo un capital con el que se
puede tomar un café y, por supuesto, sin dejar propina
porque con los veinte céntimos que le devuelven, suponiendo
que el café le cueste ochenta céntimos, se puede comprar un
cigarrillo. A pesar de todo sigo creyendo que es un buen
ministro de Economía.
|