Ni cambio de entrenador ni gaitas
de ningún tipo, el equipo de la A.D.Ceuta, desde el
principio de temporada, ha cogido una marcha de la que es
casi imposible sacarlo.
Y en Lucena ha vuelto a dar la imagen que viene dando fuera,
y al final el resultado ha ido por los mismos derroteros,
con la particularidad de que, en esta ocasión, se empezó
perdiendo y, al final, se logró el empate.
Séptimo y a tan sólo dos puntos del cuarto clasificado, no
está mal, pero no se está mejor que cuando echaron a Diego
Quintero y si alguien lo ve de otra manera es porque los
intereses particulares le llevaron a hacer, o a decir, lo
que no hay.
Y en Lucena se ha vuelto a dar a misma circunstancia que en
Jaén, una parte se juega aceptablemente, la otra no se entró
en el partido.
¡Ah! Y que nadie venda humo ahora, porque si el penalti es
más que dudoso, pitado por un extremeño, igualmente dudoso
hubo algún otro, a favor, y también lo pitó un extremeño.
Esto es, la risa anda a barrios.
Lo que sí hay que comenzar a pensar es que hay equipo para
andar bien en la categoría, con suerte hasta se puede meter
entre los cuatro primeros, con mala suerte podrían tener
algún problemilla, pero otra cosa no hay, esto es, no hay un
super equipo y tendrá que disputar con otros seis o siete
esos puestos de arriba, con lo que el que menos fallos tenga
entrará en el grupo de cuatro aspirantes a ascender para la
próxima temporada. Ahora ya veremos hasta donde se puede
llegar.
El tema relativo al equipo de fútbol, especialmente cuando
es sufragado por la Ciudad Autónoma, comienza a ser uno de
esos puntos calientes que van a traer cola.
Si hubiera una simple subvención, como ayuda, sin más, la
directiva trataría de ver de donde iba a sacar lo que
faltara para cubrir el presupuesto. Pero de la forma que
están las cosas, da lo mismo y así se pueden dar en
exclusiva a un medio parte de las entradas para negocios
particulares, sin contar con los demás, y al final veremos
cuanto cuesta el equipo, qué se hace, cómo se preparan las
temporadas y ... lo que caiga.
No me cabe duda alguna de que los directivos actuales, como
los que ha habido en otros momentos, tratan de hacerlo lo
mejor que pueden, pero, lo hemos dicho alguna otra vez aquí,
un segunda B no es un equipo de regional o de juveniles y
aquí se necesitan esas tres premisas que siempre citamos:
querer, saber y poder.
Y a la directiva del Ceuta, hoy por hoy, le falta la
segunda, porque querer si quieren hacerlo bien. Poder si que
podrían, porque se les están dando todos los medios, pero en
cuanto al saber, algunos tendrían que hacer un cursillo,
aunque fuera por correspondencia para enterarse de cómo es
un equipo de esa categoría y como hay que abordar los
problemas que van surgiendo.
Falta, todavía, mucha competición. Aún no hemos llegado a la
mitad, y el sábado a las seis menos cuarto, después del
sorteo de la lotería, nos visitará el Granada, un equipo de
los de siempre, que no está en sus mejores momentos, dentro
de lo que ha sido, pero que en cualquier instante puede dar
un disgusto. De aquí y por tratarse del día que se trata,
esperemos que no sea capaz de llevarse ni siquiera el
reintegro, con lo que el Ceuta seguiría ahí, tocando los
puestos esos que dan acceso, si hay suerte a jugar el año
próximo en superior categoría. Hay tiempo para todo.
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