La Ciudad Autónoma cerró ayer con
una Sesión Plenaria con un contenido de indudable
importancia el calendario de Plenos mensuales ordinarios del
año. Manzana del Revellín al margen, los Planes de Salud e
Inclusión Social que defendieron las consejeras de Sanidad y
Asuntos Sociales respectivamente fueron lo mejor que dejaron
los diputados sobre la mesa para su aplicación a partir del
año próximo y hasta 2011.
Aunque de todos es sabido que una cosa es lo que se
planifica sobre el papel y otra lo que realmente se acaba
haciendo de lo que se dijo, el contenido de los dos
proyectos merecía, como defendió Carolina Pérez en la
Cámara, dejar a un lado las diferencias políticas e
ideológicas de los Grupos Parlamentarios para remar todos a
una y hacer de ambos documentos dos Planes de la Ciudad y no
sólo del Gobierno Popular de la misma.
De entre los dos, el de Inclusión Social tal vez sea el que
de una forma más determinante influya en el desarrollo a
medio y largo plazo de Ceuta. Integrar de verdad a esa parte
de la población, eminentemente de cultura árabe, como ha
reconocido la propia Consejería en su documento, en la senda
común de progreso y evitar la creación de una ciudad ‘de dos
velocidades’ es un objetivo tan ambicioso como necesario
para el Ejecutivo de Juan Vivas, que parece haber asumido
ese deber con arrojo y decisión.
Por eso es tan importante que el Gobierno autonómico se haya
dado cuenta de que las políticas sociales entendidas como la
simple lucha contra la pobreza no es bastante para hacer
frente a los problemas de esta ciudad. Es necesario, sobre
todo, vencer todos esos mecanismos de marginación en los que
otros factores, además del estrictamente económico, actúan
como desencadenantes de procesos de exclusión social. Y en
esos ámbitos, como la Educación, la Sanidad y demás, sólo
con el apoyo de todos se pueden obtener resultados
positivos.
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