Un grupo de trabajadores del Plan de Empleo de la Delegación
encontraron ayer a un zifio de cinco metros varado en la
playa de la Almadraba. El cetáceo, que fue atraído hacia la
costa por el levante, no pudo ser retirado por Ecoceuta por
la dificultad que generan las corrientes y su ubicación.
El animal ha encallado entre las rocas de la playa de la
Almadraba y ha aparecido sin vida, en un estado “muy
deteriorado”, según explicó uno de los miembros de la
brigada de vigilancia del litoral del Plan de Empleo de la
Delegación.
El zifio, que fue avistado sobre las 11.00 horas, debía ser
retirado por la empresa Ecoceuta, encargada de recoger
animales varados en las costas locales. La marejada de
levante, que trajo al ejemplar hasta la playa, provocó que
los miembros de Ecoceuta no pudieran retirar al cetáceo.
Según explicó el director de la empresa, Francisco García
Castañeda, el acceso por tierra y por mar era “imposible”
con los medios de que se disponen. El animal, una vez pueda
ser remolcado, será trasladado al pudridero en la zona de
Santa Catalina.
Los zifios son considerados animales muy oceánicos y sólo se
acercan a la costa cuando el calado es de gran profundidad.
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Septem Nostra no puede examinar al ejemplar al caducar la
autorización
Una vez fallecido los expertos no
podrán sacar el valor científico y medioambiental que la
especie tiene. Ningún representante de la asociación Septem
Nostra pudo ayer tomar muestras del zifio ni examinarlo
salvo por las fotografías tomadas. El presidente de Septem
Nostra, José Manuel Pérez Rivera, ha mostrado su descontento
porque no pueden realizar la necropsia al animal ya que la
autorización administrativa de la Consejería de Medio
Ambiente cumplió hace seis meses. Pérez hizo hincapié en que
su asociación firmó un convenio de colaboración con la
Administración ceutí en 2004 para realizar los estudios
postmortem de los cetáceos varados en las costas ceutíes
pero “por falta de diligencia de la Consejería nos
encontramos con las manos atadas”.
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