El propio arquitecto que concibió
la manzana del Revellín como un complejo cultural en el
centro de Ceuta, el prestigioso Alvaro Siza, cree en las
buenas posibilidades que un cuidado mercado de abastos puede
aportar a su obra. Y lo cree porque no es novedoso que en la
actualidad estos espacios destinados al abastecimiento de
todo tipo de artículos gastronómicos están ganando
protagonismo en las principales ciudades no ya de nuestro
país, sino de Europa. En Londres, en París, en Lisboa...
existen lugares casi de culto para la ciudadanía y para los
turistas.
En España esta ‘moda’ no ha caído en saco roto. El mercado
de Abastos de Barcelona en plena Rambla, La Boquería, es un
claro ejemplo de valentía que culminó claramente en éxito
después de que fue la pionera en especializarse en un modo
cultural de entender las tradicionales funciones del
histórico mercado. Fue concebido como un modo exclusivo para
atraer público en clara lucha contra unos gigantísimos
competidores como los son permanentemente las grandes
superficies comerciales. Una mezcla de la mejor y más
exclusiva oferta, aderezada con colores, olores, sensaciones
en una magnífica puesta en escena visual y todo ello
aderezado con un trato personalizado, exclusivo, único. Se
trata de un nuevo concepto que se ha trasladado a ciudades
de renombre como San Sebastián, Salamanca, Logroño, Aranjuez...
cuyos mercados se instalan en lugares de reconocida
arquitectura. El hecho de que el mercado de abastos de Ceuta
pueda idearse o concebirse en uno de los espacios del
complejo cultural de Alvaro Siza [Manzana del Revellín], no
es una mala idea si se tienen en cuentan factores
absolutamente determinantes con los que se ha alcanzado el
éxito y el respaldo de la ciudadanía además de cuajar como
un punto claro para las visitas turísticas. La cultura
gastronómica también existe. De conjugarse todas las
premisas, Ceuta puede aportar sus verdaderas esencias en
cuanto a gastronomía y multiculturalidad en un espacio
único.
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