La Boquería de Barcelona, en plena Rambla, el de San Martín
de San Sebastián, el mercado de Salamanca, o el de Logroño,
o Aranjuez son ejemplos del nuevo concepto de mercado de
abastos incorpora esencias gastronómicas muy especializadas
con un fundamento claro de calado turístico por el encanto
de su arquitectura, de sus olores y colores, de su variedad
y de su pulcritud. No es descabellada la idea de un mercado
de abastos ceutí en una emblemática obra arquitectónica como
la de Siza.
El nuevo concepto de mercado de abastos que se desarrolla en
las principales ciudades de nuestro país se basa en la
especialización y una muy cuidada puesta en escena de los
multitudinarios artículos gastronómicos y de demás consumo
mezclado con un trato exquisito y personalizado como
contrapunto a las cada vez más expandidas grandes
superficies comerciales. Es la respuesta del comercio
tradicional frente a la irrupción fagocitadora de enormes
empresas dedicadas al servicio y distribución. Así creció La
Boquería, el mercado de abastos más grande de España, en
Barcelona. Hoy día una de las grandes referencias de la
pervivencia de esta actividad que engloba familiaridad y
tradición generacional.
De este mismo modo, los grandes mercados de las principales
ciudades de nuestro país y de otras poblaciones de marcado
arraigo histórico y cultural han redefinido sus conceptos de
mercado de abastos y, con un cuidado esmero en la
transformación, han convertido estos espacios de servicio
tradicional en un punto más de recorrido en sus respectivas
rutas turísticas.
Se buscan esencias, olores y colores, cuidada arquitectura,
compromiso de los mercaderes en la nueva filosofía
conceptual del trato más cercano y de la presentanción de
cada puesto. Así triunfan hoy en día mercados de abastos
como el Barcelona, de San Sebastián, Salamanca, Logroño o
Aranjuez. En Ceuta, no es descabellada la idea, ni mucho
menos, de situar en una emblemática obra arquitectónica,
como la construida por Alvaro Siza, en uno de los espacios
de la misma. Al contrario, es una magnífica idea si es que
la filosofía de ese nuevo lugar es la misma que en la
práctica ya triunfan en lugares como los anteriormente
reseñados.
Máxime, cuando el propio artista no ve con malos ojos, ni
mucho menos, que su complejo cultural cuente de añadido con
un referente de cultura gastronómica de esencias y colores
como la que proporciona un mercado cuidado en regimen de
excelencia.
Pocos mercados pueden aportar esa mezcla de culturas
gastronómicas como la que se vive a diario en Ceuta.
En este sentido, si Alvaro Siza defiende, como ya lo hace,
esta nueva idea, añadido a que los propios concesionarios
garantizan ese esmero de calidad, tendremos un mercado
turisticamente reconocido.
|