En la prensa marroquí la
repercusión de la acción ha sido mínima y, al día siguiente,
la misma MAP no ha dicho ni pío. Tan solo “L´Opinión”
recogía en su edición de ayer una información colateral,
reproduciendo un comunicado de la ‘Liga Marroquí para la
Defensa de los Derechos del Hombre’ expresando su firme
condena por el arresto del parlamentario marroquí Yahya
Yahya por parte de las autoridades españolas y reclamando su
liberación inmediata: “Conocido por sus posiciones
patrióticas contra la colonización española de los enclaves
de Ceuta, Melilla y las Islas mediterráneas marroquíes,
posiciones que ha reiterado en ocasión de la visita
efectuada por el Rey Juan Carlos de España a estas villas,
su arresto no puede traducir más que un espíritu de
venganza”. Dos observaciones. Primera: ¿sabía el lector que
el tal Yhaya, consejero parlamentario por Nador, había sido
detenido…?; no tenía ni idea. Segunda: por ignorancia o mala
fe (dejo el margen de la duda), la asociación marroquí de
derechos humanos obvia que “sidi” Yhaya era objeto de una
denuncia ante la Policía española por presuntos maltratos a
su mujer… En España existe la libertad de expresión.
Por otro lado y el mismo día en que un comunicado de la
organización terrorista Al Qaïda amenazaba con
“reconquistar” Al Andalus (España), Ceuta y Melilla, el
Primer ministro marroquí, Abbas El Fassi, reiteraba ¡por
tercera vez! la obscena comparación de Palestina con Ceuta y
Melilla, esta vez en declaraciones a la agencia de prensa
francesa AFP: “Actualmente solo hay en el mundo dos
territorios ocupados por extranjeros: Palestina, Ceuta y
Melilla”. Y nuestra “diplomacia tranquila” al pairo, a
verlas venir y dejarlas pasar. No quiero echar leña al fuego
citando una de las consignas coreadas el viernes por los
menos de cincuenta integrantes de la ‘Caravana para la
Liberación y el Desarrollo de los Territorios Marroquíes’
que el pasado viernes se concentraron en la frontera de El
Tarajal antes de acercarse a las inmediaciones del islote de
El Perejil, pero dados los tiempos que corren no me pareció
prudente ondear, simultáneamente, banderas palestinas y de
Marruecos ni, mucho menos, equiparar la ocupación española
de Ceuta y Melilla a la de Israel sobre los territorios
palestinos, como hicieron los manifestantes en un alarde de
ignorancia y demagogia. Eso va a traer cola y serias
consecuencias, debiendo entonces depurarse las
responsabilidades al nivel que corresponda.
Parece que las autoridades marroquíes han dado instrucciones
explícitas para que ni políticos o entidades oficiales
(incluso partidos de la oposición) se sumen a iniciativas
“callejeras” reivindicando la marroquinidad de Ceuta y
Melilla. Al menos oficialmente Rabat desea mantenerse -con
prudencia- al margen, dejando las manos libres a la
“sociedad civil”, si bien manifestantes y Primer ministro
“coinciden” curiosa y simultáneamente en la consigna:
¡Palestina = Ceuta y Melilla!. Mientras, Al Qaïda amenaza
después de Argelia con dar un zarpazo terrorista en
Marruecos o, incluso, en las ciudades españolas. En ciertos
círculos se comenta la posibilidad (inusual, pero queda
escrito) de un atentado selectivo al modo de los pistoleros
de ETA: con un tiro en la nuca. No es la táctica habitual
del terrorismo islamista pero, ¡quién sabe!.
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