Pregunta.- En términos generales, ¿cuál es la situación
ambiental de Ceuta?
Respuesta.- Existen muchos problemas. No es nada halagüeña.
La última encuesta sobre condiciones de vida del Instituto
Nacional de Estadística pone de manifiesto que hay problemas
ambientales que afectan a muchísimos ciudadanos de Ceuta,
como es el ruido. Somos actualmente la ciudad española con
mayor índice de ruido. Hemos pasado en un año de un 35 por
ciento de hogares que sufrían esta problemática a un 48 por
ciento. Además, casi un 25 por ciento manifiestan que les
afecta la contaminación.
P.- ¿La limitación de terreno de Ceuta es un aspecto a tener
en cuenta?
R.- Tenemos una de las densidades de población más altas de
Europa, lo que supone una tremenda presión sobre el medio
ambiente, que no puede soportar una población tan grande y
acarrea problemas de índole socio-económica. Hasta ahora no
se han analizado las cuestiones ecológicas de Ceuta para
saber si el sistema medioambiental está saturado o si es
capaz de soportar esta situación. No se puede seguir
creciendo urbanísticamente sin considerar esto, mirando sólo
su vertiente económica y dejando a un lado el aspecto
ambiental.
P.- ¿En qué grado afecta la presión urbanística en la
ciudad?
R.- En un grado muy elevado. El territorio de Ceuta está
artificializado en un 70 por ciento, excepto las zonas
protegidas de Calamocarro, Benzú y el Hacho; integrados en
la red Natura 2000. El resto está ocupada por construcciones
de forma caótica. Hay que tener en cuenta que el Plan
General de Ordenación Urbana ha tenido 15 años para
desarrollarse y el balance es pésimo. El 35 por ciento de
todas las medidas contempladas no se ha llevado a cabo. Se
ha tenido una visión general y global del territorio de la
ciudad y se ha ido actuando, simplemente, movidos por
intereses particulares y puntuales. Esto supone que después
no haya espacio para infraestructuras públicas, como son
nuevos colegios, guarderías y centros culturales. Esto es
consecuencia de una mala organización urbanística. Es decir,
sólo se preocupan de intentar atender a la demanda de la
vivienda y no se dan cuenta de que los ciudadanos tenemos
otras necesidades, además de un techo para guarecernos.
Un objetivo de la ciudad debe ser el de mejorar las
relaciones humanas y si no la dotan de lugares públicos no
dan esta posibilidad. Es una realidad que los ciudadanos
reclaman más zonas verdes, según las estadísticas
publicadas, y las contempladas en el Plan General de
Ordenación Urbana se encuentran o abandonadas o ocupados
ilegalmente.
P.- En su última rueda de prensa se quejaban del retardo con
el que las autoridades competentes en materia de Medio
Ambiente trataban los temas de la ciudad, ¿qué implicación
tienen?
R.- En los temas ambientales tenemos un desfase
importantísimo en comparación con el resto de España. La
Ciudad está gestionando estas cuestiones desde hace ocho
años, aproximadamente, cuando se traspasaron las
competencias. Eso ya supone un desfase de unos 20 años con
el resto de autonomías. Además se ha sabido adaptarse a los
temas ambientales actuales, por escasez de medios humanos y
por falta de una adaptación a las nuevas necesidades. Por
ejemplo, es algo inaudito que exista una Viceconsejería de
Limpieza, Jardines y Playas; en el resto de autonomías
existe una estructura de funcionamiento que responde a los
nuevos retos que tiene ahora mismo la gestión ambiental como
el cambio climático y la conservación de la diversidad. Lo
que engloba la Consejería de Medio Ambiente y las cuestiones
que tramita son también importantes pero tienen una visión
que corresponde a los años 80, arcaica y trasnochada de
estas cuestiones.
P.- En toda la ciudad no existe ni un contenedor amarillo,
en el que depositar latas, plásticos y teta briks, ¿como
aborda Ceuta el reto del reciclaje?
R.- No hay implantado un sistema de gestión de residuos, no
existe. Es insólito que en un municipio de más de 70.000
habitantes no haya una estrategia de recogida selectiva de
residuos, no se está haciendo absolutamente nada en ese
sentido ya que no hay ni suficientes contenedores para
facilitar el reciclaje. Somos la única ciudad española que
no tiene implantados los contenedores amarillos. Eso es algo
que Ceuta no se puede permitir y si algún sitio tendría que
llevar una política medioambiental correcta en este sentido
ese es Ceuta, ya que un territorio tan pequeño no se puede
permitir el descontrol que existe en cuento a los vertederos
incontrolados, la presencia de coches abandonados,
barrancos... Por lo pequeña que es se debería tener mejor
ordenada y gestionada.
Es una obviedad que los presupuestos de la Ciudad no están
adaptados a las nuevas necesidades que hay en el campo del
medio ambiente.
P.- Septem Nostra- Ecologistas en Acción se encuentra
liderando un movimiento contra la implantación de una planta
incineradora de residuos en la ciudad, ¿por qué la sociedad
ceutí debe decir no a que se lleve a cabo este proyecto?
R.- En primer lugar, por las posibles afecciones a la salud
pública. Hay que partir de una premisa y es que los
residuos, por el hecho de quemarlos, no desparecen; lo único
que se hace es reducir su volumen. Parte de esos residuos
que se emiten a la atmósfera en forma de sustancias, muchas
de ellas tóxicas, contaminantes, está demostrado que tiene
una relación directa con determinadas enfermedades. Además,
una vez que eso se quema las cenizas que quedan son
altamente tóxicas. Además hay otros problemas relacionados
con incineración es su coste. En Melilla, donde hay
implantada una, cuesta 60 euros por quemar una tonelada de
residuos. El argumento que se da en Ceuta es que sale muy
caro transportar la basura a la península pero eso no es
verdad. Saldría más barato hacer eso, ya que la tonelada
saldría por un coste de 40 euros aproximadamente. Sin contar
la inversión que supone la implantación.
Otro problema es que la incineradora necesita una parada
técnica de, al menos, un mes al año. También desincentiva
cualquier forma de propuesta de cara al reciclaje y la
reutilización de los residuos. Además, en otros lugares sólo
se quema la basura que no se puede reciclar, pero aquí no,
aquí quieren quemar toda la basura.
P.- Todo apunta a que no hay una apuesta decidida por el
reciclaje...
R.- Efectivamente. No se favorecen este tipo de iniciativas
que necesitan un alto grado de participación ciudadana.
También es necesaria la creación de una red de puntos
limpios y, sobre todo, mucha información ambiental, que es
otra de las grandes asignaturas pendientes. Desde el año
2006 existe una ley por la que se exige a todas las
autonomías a crear un Plan de Información Ambiental para que
los ciudadanos tengan acceso a datos ambientales. En Ceuta
no existe nada de eso y los ciudadanos que tienen un mínimo
de interés no saben dónde acudir y la Consejería tampoco
sabe darle las indicaciones adecuadas.
Es obvio que en esta ciudad los cambios no avanzan, tenemos
una brecha que en vez de reducirse, aumenta.
P.- ¿Se podría decir que a través de una correcta política
medioambiental se reduciría esa brecha?
R.- Hace falta un cambio radical, de 180º de la política que
se desarrolla en la ciudad, lo que hasta ahora no se ha
visto. Es necesario tener un punto de partida, se hizo la
Agenda 21 Local y al final no ha tenido el recorrido que
nosotros pensamos que debería tener. Hay que situar los
temas ambientales como los prioritarios del Gobierno. Ceuta
no se puede permitir el lujo de tener el crecimiento que
tiene sin evaluar si su sistema ecológico tiene la capacidad
de soportarlo, tanto humano como urbanístico. Estamos
convencidos de que si no se actúa, condicionará la calidad
de vida de los ceutíes.
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