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sociedad - DOMINGO, 16 DE DICIEMBRE DE 2007


 José Manuel Pérez Rivera. nicol's.

Entrevista a José Manuel Pérez Rivera
 

«La política ambiental
necesita un giro de 180º»

El presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera, considera que si no se actúa en consecuencia, la situación medioambiental condicionará la calidad de vida de los ceutíes
 

CEUTA
Alicia Urbano

local
@elpueblodeceuta.com

Pregunta.- En términos generales, ¿cuál es la situación ambiental de Ceuta?

Respuesta.- Existen muchos problemas. No es nada halagüeña. La última encuesta sobre condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística pone de manifiesto que hay problemas ambientales que afectan a muchísimos ciudadanos de Ceuta, como es el ruido. Somos actualmente la ciudad española con mayor índice de ruido. Hemos pasado en un año de un 35 por ciento de hogares que sufrían esta problemática a un 48 por ciento. Además, casi un 25 por ciento manifiestan que les afecta la contaminación.

P.- ¿La limitación de terreno de Ceuta es un aspecto a tener en cuenta?


R.- Tenemos una de las densidades de población más altas de Europa, lo que supone una tremenda presión sobre el medio ambiente, que no puede soportar una población tan grande y acarrea problemas de índole socio-económica. Hasta ahora no se han analizado las cuestiones ecológicas de Ceuta para saber si el sistema medioambiental está saturado o si es capaz de soportar esta situación. No se puede seguir creciendo urbanísticamente sin considerar esto, mirando sólo su vertiente económica y dejando a un lado el aspecto ambiental.

P.- ¿En qué grado afecta la presión urbanística en la ciudad?


R.- En un grado muy elevado. El territorio de Ceuta está artificializado en un 70 por ciento, excepto las zonas protegidas de Calamocarro, Benzú y el Hacho; integrados en la red Natura 2000. El resto está ocupada por construcciones de forma caótica. Hay que tener en cuenta que el Plan General de Ordenación Urbana ha tenido 15 años para desarrollarse y el balance es pésimo. El 35 por ciento de todas las medidas contempladas no se ha llevado a cabo. Se ha tenido una visión general y global del territorio de la ciudad y se ha ido actuando, simplemente, movidos por intereses particulares y puntuales. Esto supone que después no haya espacio para infraestructuras públicas, como son nuevos colegios, guarderías y centros culturales. Esto es consecuencia de una mala organización urbanística. Es decir, sólo se preocupan de intentar atender a la demanda de la vivienda y no se dan cuenta de que los ciudadanos tenemos otras necesidades, además de un techo para guarecernos.

Un objetivo de la ciudad debe ser el de mejorar las relaciones humanas y si no la dotan de lugares públicos no dan esta posibilidad. Es una realidad que los ciudadanos reclaman más zonas verdes, según las estadísticas publicadas, y las contempladas en el Plan General de Ordenación Urbana se encuentran o abandonadas o ocupados ilegalmente.

P.- En su última rueda de prensa se quejaban del retardo con el que las autoridades competentes en materia de Medio Ambiente trataban los temas de la ciudad, ¿qué implicación tienen?


R.- En los temas ambientales tenemos un desfase importantísimo en comparación con el resto de España. La Ciudad está gestionando estas cuestiones desde hace ocho años, aproximadamente, cuando se traspasaron las competencias. Eso ya supone un desfase de unos 20 años con el resto de autonomías. Además se ha sabido adaptarse a los temas ambientales actuales, por escasez de medios humanos y por falta de una adaptación a las nuevas necesidades. Por ejemplo, es algo inaudito que exista una Viceconsejería de Limpieza, Jardines y Playas; en el resto de autonomías existe una estructura de funcionamiento que responde a los nuevos retos que tiene ahora mismo la gestión ambiental como el cambio climático y la conservación de la diversidad. Lo que engloba la Consejería de Medio Ambiente y las cuestiones que tramita son también importantes pero tienen una visión que corresponde a los años 80, arcaica y trasnochada de estas cuestiones.

P.- En toda la ciudad no existe ni un contenedor amarillo, en el que depositar latas, plásticos y teta briks, ¿como aborda Ceuta el reto del reciclaje?


R.- No hay implantado un sistema de gestión de residuos, no existe. Es insólito que en un municipio de más de 70.000 habitantes no haya una estrategia de recogida selectiva de residuos, no se está haciendo absolutamente nada en ese sentido ya que no hay ni suficientes contenedores para facilitar el reciclaje. Somos la única ciudad española que no tiene implantados los contenedores amarillos. Eso es algo que Ceuta no se puede permitir y si algún sitio tendría que llevar una política medioambiental correcta en este sentido ese es Ceuta, ya que un territorio tan pequeño no se puede permitir el descontrol que existe en cuento a los vertederos incontrolados, la presencia de coches abandonados, barrancos... Por lo pequeña que es se debería tener mejor ordenada y gestionada.

Es una obviedad que los presupuestos de la Ciudad no están adaptados a las nuevas necesidades que hay en el campo del medio ambiente.

P.- Septem Nostra- Ecologistas en Acción se encuentra liderando un movimiento contra la implantación de una planta incineradora de residuos en la ciudad, ¿por qué la sociedad ceutí debe decir no a que se lleve a cabo este proyecto?

R.- En primer lugar, por las posibles afecciones a la salud pública. Hay que partir de una premisa y es que los residuos, por el hecho de quemarlos, no desparecen; lo único que se hace es reducir su volumen. Parte de esos residuos que se emiten a la atmósfera en forma de sustancias, muchas de ellas tóxicas, contaminantes, está demostrado que tiene una relación directa con determinadas enfermedades. Además, una vez que eso se quema las cenizas que quedan son altamente tóxicas. Además hay otros problemas relacionados con incineración es su coste. En Melilla, donde hay implantada una, cuesta 60 euros por quemar una tonelada de residuos. El argumento que se da en Ceuta es que sale muy caro transportar la basura a la península pero eso no es verdad. Saldría más barato hacer eso, ya que la tonelada saldría por un coste de 40 euros aproximadamente. Sin contar la inversión que supone la implantación.

Otro problema es que la incineradora necesita una parada técnica de, al menos, un mes al año. También desincentiva cualquier forma de propuesta de cara al reciclaje y la reutilización de los residuos. Además, en otros lugares sólo se quema la basura que no se puede reciclar, pero aquí no, aquí quieren quemar toda la basura.

P.- Todo apunta a que no hay una apuesta decidida por el reciclaje...


R.- Efectivamente. No se favorecen este tipo de iniciativas que necesitan un alto grado de participación ciudadana. También es necesaria la creación de una red de puntos limpios y, sobre todo, mucha información ambiental, que es otra de las grandes asignaturas pendientes. Desde el año 2006 existe una ley por la que se exige a todas las autonomías a crear un Plan de Información Ambiental para que los ciudadanos tengan acceso a datos ambientales. En Ceuta no existe nada de eso y los ciudadanos que tienen un mínimo de interés no saben dónde acudir y la Consejería tampoco sabe darle las indicaciones adecuadas.

Es obvio que en esta ciudad los cambios no avanzan, tenemos una brecha que en vez de reducirse, aumenta.

P.- ¿Se podría decir que a través de una correcta política medioambiental se reduciría esa brecha?


R.- Hace falta un cambio radical, de 180º de la política que se desarrolla en la ciudad, lo que hasta ahora no se ha visto. Es necesario tener un punto de partida, se hizo la Agenda 21 Local y al final no ha tenido el recorrido que nosotros pensamos que debería tener. Hay que situar los temas ambientales como los prioritarios del Gobierno. Ceuta no se puede permitir el lujo de tener el crecimiento que tiene sin evaluar si su sistema ecológico tiene la capacidad de soportarlo, tanto humano como urbanístico. Estamos convencidos de que si no se actúa, condicionará la calidad de vida de los ceutíes.
 

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