Supongo que no hace falta, amigos
“caballas”, indicaros donde está la populosa Castillejos,
Fndiq para los marroquíes, cuyos barrios se vislumbran al
oeste de la bahía sur desde Ceuta, ciudad querida.
Castillejos tiene una clara resonancia en nuestra historia
compartida, mientras su animado y bien surtido zoco (junto a
los establecimientos que producen el característico “pan del
Magreb”) alivia la cesta de la compra de tantos ceutíes (no
importa la raza, no importa la religión) que, gracias a las
compras de productos de primera necesidad en el vecino país,
logran ir tirando hasta conseguir la proeza de llegar a fin
de mes. Con una notable densidad de población por metro
cuadrado y una no menos alta concentración policial, Fndiq
es actualmente el embudo en el que se acumula una pintoresca
humanidad procedente de las cuatro esquinas de Marruecos,
arribada con la esperanza de intentar conseguir algo muy
humano: un presente mejor. Pero, también, Fndiq es un
sumidero en el que se concentran ladronzuelos de baja estofa
y traficantes de todo pelaje, amén de una cualificada
representación del islamismo, desde el parlamentario y el
alegal pero tolerado, a las corrientes más extremistas e
insurgentes.
Fndiq vivió días pasados un lamentable suceso que pudo
degenerar en daños irreversibles. El viernes 7 a las 15.30
locales un vehículo modelo “Mercedes C-190”, aparcado en una
de las calles del “Jay Al Jadid” (Barrio Nuevo), era rociado
de gasolina por dos sicarios que huyeron rápidamente del
lugar a bordo de una moto. No ardió pasto de las llamas
gracias al arrojo del vecindario. Un aviso. El coche era
propiedad de un conocido periodista, Ahmed Biyuzan (al que
conozco y me honro con su amistad desde hace años), director
en Tetuán del diario “AL Monaataf” (que podríamos traducir
algo así como “El Cambio”) y corresponsal de la tangerina
“Cap Radio”. ¿El “pecado” de Ahmed…?. Haber publicado,
valientemente y con asiduidad, artículos y fotos de
personajes locales vinculados al narcotráfico. Al día
siguiente, sábado, una nutrida representación periodística
se manifestó solidariamente en su favor y, ayer mismo a las
17.00 locales, el arriba firmante acompañó a un buen número
de colegas del país vecino, representantes asociativos y
público en general que volvió a concentrarse en el centro de
la población, entre la “Baladía” (Ayuntamiento) y el
cuartelillo de la Gendarmería Real. Desde la ciudad del
Dersa acudió incluso el abogado Haji, aportando el apoyo de
su asociación de derechos humanos. Ahmed Biyuzan, arropado
por todos y sin achantarse lo más mínimo, me confiaba como
las autoridades tenían por hacer mucho trabajo pendiente.
Realmente -me pregunto-, ¿a qué están esperando…?.
El terrorismo no tiene fronteras y las mafias tampoco. Es
grave que, ¡a plena luz del día!, grupos vinculados al
tráfico de drogas tengan el atrevimiento de atentar contra
un periodista intentando coartar su voz. Fndiq, Castillejos,
encierra “méritos” suficientes para ser una de las villas
más vigiladas del Reino de Marruecos. Sería muy grave y un
preocupante síntoma de debilidad del Estado que las fuerzas
de seguridad no recuperen el control poniendo a buen
recaudo, de inmediato, a las mafias locales, encarcelando a
los culpables. Mi solidaridad activa, Ahmed. Un fuerte
abrazo desde España.
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