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OPINIÓN - VIERNES, 14 DE DICIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

¿Alarma sanitaria?
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Ustedes saben y yo sé, que nos mientes a todos los niveles y que vivimos en la sociedad de la desinformación. Absolutamente manipulados y embaucados por unos medios de comunicación que no son más que palmeros interesados y agitadores del botafumeiro de sus respectivos partidos políticos.

Entonces, me pregunto ¿Hay alguna posibilidad entre un millón de que “alguien” diga la verdad y no lo “políticamente correcto”? Ahora resulta que, el Lourdes lingüístico al que estamos obligados para no ser represaliados, está meditando el prohibir palabras como “avalancha” cuando, en un fin de semana, desembarcan trescientos africanos en costas españolas. No hay que decir “avalancha” porque suena amenazador, a invasión, hay que decir “contingente de desheredados huyendo de la pobreza y que acaban en la venta ambulante de artículos pirateados”, así suena más Light, más amable, porque, en el fondo, el pirateo tiene su gracia para todos, menos para los pirateados y las redes de falsificación de marcas hacen que, cualquier Maruja, luzca ufana un bolsón de Carolina Herrera, comprado a un senegalés en Puerto Banús. ¿Y que pinta un senegalés en Marbella? Pues lo mismo que un marbellero en Senegal dedicado a la lucrativa actividad de vender falso, solo que, el gobierno de allí es altivo y poco complaciente con las actividades ilícitas, te meten en chirona y tiran la llave. ¿Qué si la proliferación de copias horribles de Louis Vuitton tiene algo que ver con la alarma sanitaria? Por favor. Ni se debe hacer alusión, ni es correcto, ni resulta elegante plantearse el que, cuando llegan cien africanos en un cayuco y son internados en centros, esas personas, antes de poner un pie en una calle europea, tienen que ser puestas en cuarentena sanitaria y sometidas a rigurosas analíticas para constatar si son portadores de enfermedades o patologías.

Porque no es serio, ni demasiado prudente, el determinar si, los ilegales, vienen o no con virus o dolencias infecciosas, mediante el sagaz y científico método de que, la chica de la Cruz Roja les pregunte mediante señas “¿Tu bien?” El tipo asiente, porque no va deshidratado, le dan el paquete de galletas María y el zumo y se le considera “en perfecto estado de salud”. Y digo yo, que antes de dar el OK el tipo debería ser sometido a las pruebas de si es portador del VIH, de la tuberculosis, de enfermedades venéreas, de patologías dermatológicas e incluso si tiene piojos o ladillas. ¡Miren que tienen poca vergüenza las autoridades sanitarias! La Ministra se lanza a una cruzada contra el humo y en Cataluña, por vez primera en lustros aparece un brote de sarampión importado por rumanos, la tuberculosis, erradicada absolutamente en España, crece y se multiplica a una velocidad vertiginosa, las enfermedades venéreas no corren, vuelan y cualquier alusión a que, deberíamos entrar en alerta sanitaria y solo permitir circular libremente a los inmigrantes que presenten sus cartillas que acrediten encontrarse en perfecto estado de salud y no presentar un riesgo para la salud pública colectiva, eso entra dentro del pantanoso y almibarado mundo del “riesgo de xenofobia”.

¿Y que es xenofobia? Pues un tipo de rechazo, un sentimiento, un pensamiento que pertenece a la esfera de la intimidad y que no puede vocalizarse porque te castigan con dureza. Si, mentalmente, rechazas al diverso y alguien lo adivina, por muchas razones que amparen tu sentimiento, te reprimen con saña. Porque está prohibido. Decir que eres racista porque te sale de los cojones o que eres xenófobo porque te sale de la punta de tus vergüenzas, está rigurosamente sancionado. Puedes ser ferozmente cristianófobo, mofarte de los símbolos sagrados de cualquier religión, menos de los del Islam, porque te cae encima la mundial y los ateos son lanzadillos para la blasfemia que veje al catolicismo, pero no son jilipollas como para arriesgarse a acabar como Theo Van Gogh, hartos de puñaladas. Así que ya lo saben. No se pueden tener pensamientos xenófobos, ni inquietarse porque, los inmigrantes puedan portar enfermedades infecciosas, porque si te inquietas es porque eres un racista hijoputa y no te asustan los virus tropicales sino que, el tipo es de color, que no negro. El único negro que se admite en España es el vestidito negro de Givenchy que lucía la bella Audrey en “Desayuno con diamantes”. ¿Qué los rumanos son blancos como la leche y trajeron el sarampión a Cataluña? Vale, pero si se dice es por xenofobia. ¿Qué prolifera la tuberculosis?¡Pues vacunaros pedazos de jodíos y no quejarse más! Eso es. Que lo diga la Ministra. Por favor ¿De que tenemos que vacunar a nuestros niños y a servidores de paso? Quien pregunta no ofende. Digo yo.
 

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