Me veo el encuentro entre el
Madrid y el Bilbao. Los “merengues”, contra viento y marea,
siguen comandando la clasificación y, todo ello, a pesar de
que los “isidros”, que así llaman en Madrid, a los
catetillos venidos de los pueblos que se dedican a escribir
de deporte en Madrid, siguen insistiendo en que nadie hay
mejor que Guti la joven promesa del Madrid, que ha cumplido
los treinta y un taco de almanaques y sigue siendo una
promesa. Para mearse y no era una gota.
Con la alegría que me da la victoria, porque uno es seguidor
del Madrid desde antes de nacer, me dedico a hacer eso que
tanto nos gustas a los españoles, pegarle al mandado
buscando algúna cadena que ponga algo interesante. Llego a
tele 5, me encuentro con un programa que se llama “La Noria”
presentado por Jordi, ese presentador que cuenta por fracaso
cuantos programas le dan para estar el frente del mismo.
El tema que se toca, en esos momentos, es el asunto que
tanto nos afecta a todos los españoles de España, el
terrorismo. En la tertulia participan personajes conocidos
algunos, de ellos, auténticos profesionales de esas
tertulias que se acostumbran a montar en las distintas
cadenas televisivas,
Entre los que se encontraban en esa tertulia cabe destacar,
como una auténtica profesional, de las mismas, a Pilar
Rahola. Esa señora ex –diputada, perteneciente a ERC, que ya
sabemos que ese partido lucha por la independencia de
Cataluña, pero que a la hora de poner la mano y llevárselo
calentito, no les importa recibir dinero de todos los
españoles.
La señora muy metida en su papel de tertuliana, como
auténtica profesional que es de esas tertulias, se busca por
el camino más corto, el aplauso del público. Cosa fácil de
conseguir para cualquier profesional del medio. Todo
consiste, simple y llanamente, en ir aumentado la fuerza de
la voz, hasta llegar al máximo de sus fuerzas, donde se toca
la fibra más sensibles de los espectadores. Aplauso seguro.
El único problema que tiene es que si usted, por un casual,
se dedica pensar sin prisa pero sin pausa, qué es lo qué ha
dicho, llega a la conclusión que no ha dicho nada, pero ha
sabido arrancar el aplauso del público.
Otro de los trucos empleados por los profesionales de estas
tertulias, es el no dejar hablar a nadie, interrumpiendo
constantemente al tertuliano que, en esos momentos, esté en
el uso de la palabra con lo que, sin duda alguna, hacen
creer a los espectadores de que son estos profesionales los
que están en posesión de la verdad. Oiga, amigo guardia, un
trabajo como otro, para el que hay que estar preparado, para
poder realizarlo.
Pero no fue, Pilar Rahola, quien más me impresionó, por la
sencilla razón de que sé, perfectamente, cada vez que la veo
en alguna tertulia televisiva, cuales van a ser sus
reacciones ante determinadas preguntas. Quien de verdad me
impresionó, y no es la primera vez, fue So Pena. Fue en el
momento en que se habló de Jiménez Los Santos, En ese
momento, escuchándolo hablar, pensé ¿Cuáles la diferencia
entre ambos’. Ninguna.
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