Es una evidencia que la actual
situación climática que padece el planeta Tierra es una
consecuencia del mal uso que se le ha dado a los recursos
energéticos en, al menos las dos últimas generaciones.
La consecuencia puede llegar a resultar dramática si no se
pone freno verdadero, aplicando la conciencia hacia la
humanidad, desde el uso racional de la energía y rebajando
sustancialmente el consumo.
En estos días, se inauguró ayer en la Glorieta del Teniente
Reinoso, Ceuta acoge una pequeña muestra de trabajos en pro
del medio ambiente donde participan instituciones, y
particulares cuyo reto es cambiar la idea general y procurar
una utilización sostenible de nuestros recursos naturales.
La Unión Europea se ha marcado límites importantes en cuanto
a fechas para que los países del viejo continente apuesten
decididamente por tecnologías aplicadas a las energías
renovables no contaminantes capaces de facilitar la misma
calidad de vida que, paradójicamente, ofrece la que se basa
en el consumo de energías fósiles (en fase de agotamiento
-petróleo, carbón, gas...-) que son las auténticas
protagonistas, por su global y extendido uso y abuso, del
cambio climático que amenaza a la humanidad y al Planeta, al
futuro de nuestros hijos y al del resto de seres vivos.
Es importante la concieciación social, individual y
colectiva. Individual porque cada uno de nosotros debe
aportar en un menor consumo y apostar por nuevas formas de
utilización energética, huyendo de las tradicionalmente
contaminantes; y colectiva porque deben ser las
administraciones de los países y de las regiones las que
contribuyan eficazmente en la apuesta decidida y decisiva
para la Tierra -tal y como hoy la conocemos- aplicando
políticas correctoras y diametralmente opuestas a las que se
llevan aplicando en los últimos ochenta aniquiladores años.
Nada mejor que utilizar los recursos naturales a nuestro
alcance para que nuestros hijos no padezcan el planeta que
hoy les podríamos dejar.
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