El Sol, fuente de vida, puede satisfacer todas nuestras
necesidades, si aprendemos cómo aprovechar de forma racional
la luz que continuamente derrama sobre el planeta. Ha
brillado en el cielo desde hace unos cinco mil millones de
años, y se calcula que todavía no ha llegado ni a la mitad
de su existencia.
Los expertos calculan que a lo largo de 2008, el Sol
arrojará sobre la Tierra cuatro mil veces más energía que la
que va a consumir el planeta.
Ceuta, como el resto de nuestro país se encuentra en una
situación privilegiada por su ubicación en el planeta. Por
su clima se ve particularmente favorecida respecto al resto
de los países de Europa, ya que sobre cada metro cuadrado de
su suelo inciden al año unos 1.500 kilovatios-hora de
energía, cifra similar a la de muchas regiones de América
Central y del Sur. Esta energía puede aprovecharse
directamente, o bien ser convertida en otras formas útiles
como, por ejemplo, en electricidad.
Los expertos señalan que no sería racional no intentar
aprovechar, por todos los medios técnicamente posibles, esta
fuente energética gratuita, limpia e inagotable, que puede
liberarnos definitivamente de la dependencia del petróleo o
de otras alternativas poco seguras, contaminantes o,
simplemente, agotables. Con la adecuada tecnología se puede
obtener agua caliente para consumo doméstico o industrial, o
bien para dar calefacción a nuestros hogares, hoteles,
colegios, fábricas, etc. Incluso podemos climatizar las
piscinas y permitir el baño durante gran parte del año.
Y también frío
También, y aunque pueda parecer extraño, otra de las más
prometedoras aplicaciones del calor solar será la
refrigeración durante las épocas cálidas. En efecto, para
obtener frío hace falta disponer de una fuente cálida, la
cual puede perfectamente tener su origen en unos colectores
solares instalados en el tejado o azotea. En los países
árabes ya funcionan acondicionadores de aire que utilizan
eficazmente la energía solar.
Electricidad
Las células solares, dispuestas en paneles solares, ya
producían electricidad en los primeros satélites espaciales.
Actualmente se perfilan como la solución definitiva al
problema del consumo y del gasto. resultan totalmente
inalterables al paso del tiempo, no contaminan ni producen
ningún ruido en absoluto, no consumen combustible y no
necesitan mantenimiento. Es posible inyectar la electricidad
generada en la red general, obteniendo un importante
beneficio. Las nuevas tecnologías energéticas deben ser la
gran apuesta de las administraciones en el siglo XXI.
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