Hace creo que veinticinco años se inauguró en Ceuta el
Supermercado TOKYO de la cadena de Almacenes Tokyo donde
acompañaba yo a mi padre a aprender el negocio, el enorme
complejo Tokyo iba con una joyería, el Pub que conserva el
mítico nombre, la sucursal donde estaba mi padre el pedazo
de tienda que hoy es una franquicia y lo que da a la Plaza
Ruiz el Supermercado, las horas de la merienda y aperitivo
mi hermano Carlos y yo disfrutamos con el Supermercado,
recorrer las repletas estanterías, ver los novedosos
productos y comprarnos un montón de dulces batidos y
chucherías, cuando iba llegando el verano, se colocaron las
cremas y bronceadores para la playa, de entre todos los
productos para ponerse moreno y no quemarse en el intento
destaca el bronceador de 1.900 pesetas de la época lo que
serian doce euros hoy día. Aquello a mi hermano Carlos y a
mi nos impresiono un pequeño tarro como una pomada como
podía valer un dineral eso de las 1.900 pesetas. Siempre que
pasábamos para ir a caja nos quedábamos mirando si alguien
se compraba el bronceador de turno.
Creo que algún poderoso se lo compraría, nosotros nos
imaginábamos embadurnarnos con esa pócima mágica y que
seriamos artistas de cine, con unos cuerpos de adonis en la
playa, mas negros que el tizón tanto fue el sueño y la
pasión de esa crema mágica por el dineral que valía, que no
ha pasado año y época de nuestra vida, que son unos pocos
esos veinticinco años ya del Supermercado Tokyo, que hayamos
pensado en pasar unas vacaciones de verano, liarnos la manta
a la cabeza un día de estos y comprarnos el bronceador de
1.900, y eso es porque ¿quien no disfrutó con catorce años
esas ganas de comerse el mundo?
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